Agosto 15, 2024
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Mujeres cautivas

IMPULSO/ Teresa Ulloa Ziáurriz*

“Trabajo sexual” vs trata

El robo y el asesinato son males que siempre han existido, pero a ninguna sociedad se le ha ocurrido decir: Puesto que no podemos acabar ni con el robo ni con el asesinato,

vamos a inventar una forma de vivir con ellos sometiéndoles a una regla, a una cierta vigilancia, que se base, por ejemplo, sobre tres pilares: en qué lugares, a qué horas y en qué condiciones estará permitido robar y matar.- J. Butler, 1875

En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas nos parece pertinente visibilizar el creciente número de voces que se pronuncian por el “trabajo sexual” seguro, en el que no se corran riesgos para quienes, aparentemente, ejercen esta actividad de manera voluntaria.

Ciertamente no podemos negar que las mujeres en situación de prostitución han cargado desde siempre con el estigma, la persecución y la violencia. No obstante, el hecho de hablar de “trabajo sexual” es enmascarar la trata de mujeres y niñas, así como otras formas de explotación sexual. Para quien no quiera verlo, estamos hablando de un negocio ilícito de magnitud nacional e internacional que -se ha repetido incontables veces-, reporta el segundo lugar del mundo en ganancias después del tráfico de drogas y antes del tráfico de armas.

Existe un sector de personas relacionadas con la academia que en diversas ocasiones nos han señalado como aliadas de la extrema derecha en Estados Unidos (George Bush), por trabajar a favor de la abolición de la explotación de la prostitución ajena y otras formas de explotación. Quienes se pronuncian así, demuestran absoluta ignorancia acerca de lo que es el abolicionismo, que por supuesto no tiene nada que ver con la derecha, sino todo lo contrario.

La lucha abolicionista nace en 1886 en Inglaterra con el trabajo de la feminista Josephine Butler, justo después de que se logró abolir la esclavitud. Entre muchas otras cosas, ella planteó que el sistema de prostitución es una forma contemporánea de esclavitud hacia las mujeres. Gracias a “La Gran Cruzada” que inició Butler, más de mil personalidades de aquella época suscribieron un manifiesto contra la reglamentación de la prostitución. Este movimiento trascendió fronteras hacia Estados Unidos y el resto de Europa, contando con el apoyo de numerosos grupos laicos y religiosos de la corriente humanista.

El postulado de Josephine Butler hizo énfasis en la responsabilidad de los varones como proveedores y compradores de la prostitución.

Twitter: @CATWLACDIR

 

 
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