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Millennials, la generación que transformó la economía

IMPULSO/ Edición Web
México
El economista Iñaki Ortega opina que las compañías deben aprovechar las cualidades de los millennials para impulsar la innovación en su negocio y navegar en una economía que está siendo transformada por ellos mismos.
Ésa es la opinión de Iñaki Ortega, doctor en economía y profesor de Deusto Business School en España, cuando se le consulta qué hace tan especial a esa generación que nació entre las décadas de 1980 y 1990.

Ortega, quien trabaja con emprendedores, confiesa que empezó a estudiar a los millennials cuestionando la etiqueta de que este grupo es frívolo, perezoso e irreverente.

Su investigación se convirtió en el libro Millennials: inventa tu empleo, publicado en 2014, que reúne retratos de esta generación en España y la experiencia de empresarios que están aprovechando las cualidades de estos jóvenes para potenciar sus negocios.

Iñaki participó en el NEXTg, un encuentro organizado por Forbes y el Grupo Nación en San José Costa Rica en junio pasado. La actividad reunió a unos 500 participantes que conocieron las historias de emprendimiento e innovación de los millennials de la región.

En la conversación que mantuvo con Forbes, el español sostiene que esta generación, promotora de la economía colaborativa, está cambiando la manera de hacer negocios para siempre.

―¿Ser nativo digital es lo que hace a un millennial?

―No es un asunto de ser nativo digital. La clave fue que se presentaron dos circunstancias simultáneas. La crisis financiera de 2008, que puede considerarse como una gran depresión global, y una disrupción de la tecnología. Cada año, los procesadores se volvieron el doble de potentes y para esa época internet estaba en nuestros bolsillos.

Ambas cosas empoderan a los millennials para buscar soluciones. Si vas viendo las verticales de las industrias, donde han ido concentrando soluciones, verás que sus problemas, por ejemplo, eran comunicarse con el mundo y apareció Facebook o escuchar música y llegó Spotify.

Sin crisis no existirían millennials porque no hubiera habido problemas.

―Los jóvenes son críticos naturales del sistema, ¿por qué considera que los millennials son particulares? ¿Estamos magnificando su capacidad de crítica?

―La gente joven naturalmente es crítica de las generaciones que les preceden. Ellos (los millennials) vivieron una crisis, como dije antes, que no había existido en 80 años. Sus hermanos mayores sabían que si trabajando ascendían y si estudiaban les iba mejor; pero eso no les funcionó a ellos.

Esto puedo parecer radical, pero la demostración de que esto es así es que pusieron en cuestionamiento las bases del capitalismo.

―Entonces, ¿no se trata de un término inventado por los mercadólogos?

―No sé si está inventado por mercadólogos y no me importa quién lo inventó porque describe un momento. Es la punta de un capitalismo que está cambiando. Es el chico de 28 años que no está dispuesto a todo por mantener un trabajo. Es aquel joven que prefiere un trabajo temporal para tener vacaciones o el que no quiere trabajar en Price Waterhouse porque en lugar de eso desea crear un negocio propio. Hay una realidad y significa algo.

Los millennials han venido a reinventar el capitalismo y hacerlo es volver a lo que siempre debió ser: una economía de libre mercado, con libertad de entrada y salida, sin asimetría de información e igualdad de oportunidades.

―¿Cómo se supone que es la mentalidad de un millennial?

―Es una generación que busca cambiar el mundo no por idealismo, sino porque lo puede hacer. El cambio tecnológico se lo permite. Ven que sus pares lo están haciendo.

El mérito y la capacidad vuelven de donde nunca se tuvo que ir. No se mueven por medio de contactos o capital familiar.

―Esta idea de los millennials genera temor en algunos empleadores porque piensan que esa crítica, rebeldía y falta de compromiso pueden afectar su negocio. ¿Se les debe tener alguna consideración especial?

No son el enemigo, son aliados. El modelo de negocio está cambiando y ellos (los millennials) dominan el lenguaje del nuevo milenio, que es la digitalización y las nuevas profesiones que están relacionadas con nuevos modelos de negocio e industrias.

Algunas empresas rechazan esa irreverencia porque piensan que están ante un grupo de jóvenes más y obvian que esa irreverencia está basada en un nuevo conocimiento y se están negando la entrada a un nuevo mundo económico.

Tienes dos opciones: convertir esto en una batalla generacional o escuchar a los insurgentes e ir juntos para cambiar su industria y su sector.

―¿Cómo escuchar al insurgente?

―Debes asumir (que la actitud de los millennials) no es una cuestión de rebeldía, ni de su fecha de nacimiento, sino que está basada en hechos reales. Lo primero es ser empático para entenderlo y luego ser humilde para saber que no lo sabes todo. Lo tercero es ser capaz de conciliar y alinear esa fuerza (de los millennials) para construir.

 ―¿Cómo crear un ambiente donde las diferencias ayuden a crear? ¿Deben trabajar asilados?

―No, se debe tener la capacidad de crear equipos tan diversos como la misma sociedad. Además, las empresas más dinámicas y grandes en el mundo son conscientes de que deben cambiar su manera de hacer las cosas porque si no van morir.

―La manera de trabajar está variando. Se prefiere trabajar desde casa, tener un trabajo propio e incluso tener varios empleos y se labora por proyectos. Es una revolución que no es fácil de entender y asumir para aquel que ha construido una empresa sobre unas bases que están muriendo.

La idea de tener un horario y un trabajo para todo la vida está muriendo y eso no es malo.

¿Por qué va ser malo el teletrabajo o trabajar una temporada para una empresa y luego para otra? Esto puede ser bueno.

―Entonces, ¿las empresas deben cambiar su estructura mental?

―Hay que asumir la mentalidad de los millennials. Primero, debemos ser creadores. A nosotros (como empleados) nos decían lo que teníamos que hacer y esta generación es super creativa y no para de hacerlo. Nosotros somos adversos al cambio y para ellos el cambio es estabilidad. A cada rato varían su lugar de residencia, de profesión e industria. Sin cambio los paralizas. Lo tercero es estudiar y aplicar ciencia porque el mundo es complejo. Es tan complejo como era para nuestros padres un mundo dominado por el inglés.

―¿Cuál es su valor en la empresa?

El cóctel del empresario y el millennial es imbatible. Eso explica por qué las grandes empresas del mundo van detrás de las startups. No hay empresa que no se esté volviendo loca por las startups porque allí miran los negocios del futuro. Eso es algo que las empresas más dinámicas del mundo están haciendo. Un ejemplo es Telefónica en España.

―Tienes que estar con el cambio, y quien cambia y tiene hambre y aprieta constantemente las mandíbulas son los millennials y sus startups. Ése es su valor. No son juguetes decorativos. Si los tratas así, se van. FORBES/ Por Mónica Cordero Sancho

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