IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad De México
Cuenta la leyenda que a mediados de 1971, Guillermo Álvarez Macías, presidente de Cruz Azul que recientemente se había mudado al estadio Azteca, estaba desesperado por hacerse de un portero.
Se atrevió a pedirle a Guillermo Cañedo, dirigente del América que le recomendara alguno, y este encargó a Panchito Hernández, su gran buscador de talentos que abriera su archivo.
“Hay un portero en Vélez de Argentina… Se llama Miguel Ángel Marín, le dicen el ‘Gato'”, mencionó Panchito.
Y así Miguel Marín llegó a Cruz Azul.
Lo demás es leyenda. De inmediato se hizo titular y no soltó esa posición en la histórica Máquina de los 70 hasta que su corazón le impidió jugar más. De 1971 a 1981 defendió los colores azules.
Se despidió jugando contra las Chivas en un partido en donde Televisa durante su vuelta olímpica de homenaje, mandó la imagen de las tribunas, castigando al portero por haber comentado el Mundial de Argentina 1978 para el entonces Canal 13.
Se fue de Cruz Azul con cinco títulos de Liga a cuestas, un Campeón de Campeones y una Copa de Concacaf.
Quiso ser técnico. Se le dio la oportunidad de dirigir a su amada Máquina, pero un “cabezazo” al árbitro Jesús Mercado prácticamente destruyó su naciente carrera en los banquillos.
La cementera no lo abandonó, se fue a dirigir en las fuerzas inferiores del club a Querétaro, donde el 30 de diciembre de 1991, hace 27 años su corazón dijo no más.
