Enriqueta Cabrera
Si a alguien le quedaba duda de que México sería nuevamente utilizado en la
campaña electoral del presidente Trump para su reelección, la respuesta se dio
en las tres concentraciones de precampaña de los últimos días. Se refirió como
un logro propio a las políticas aceptadas e implementadas por el gobierno de
México para frenar la migración hacia EU en nuestras fronteras norte y sur.
Afirmó: “Con todo respeto, México está pagando el muro”, al tiempo
que reiteró la amistad que lo une al presidente López Obrador… “que está
haciendo un trabajo fantástico”. Sus seguidores lo aplaudieron. Pero fue
más allá al afirmar que “México está pagando el Muro, “pronto
averiguarán cómo”. Se refirió a la contención de la migración en las
fronteras norte y sur de México por parte de la Guardia Nacional, a la
expulsión o retorno a territorio nacional de los migrantes y al otro muro que
representa la contención de la migración en nuestra frontera sur, para que no
transiten a través de México hacia Estados Unidos.
En días pasados, la prensa mexicana manifestó un rechazo generalizado a la
violencia desatada en días recientes contra hondureños que pretendían cruzar el
Suchiate, con un desigual enfrentamiento entre piedras de migrantes y gases
lacrimógenos y toletazos por parte de la GN; golpes y jaloneos que involucraron
incluso a mujeres y menores. Hay 27 mil elementos de la GN para contener la
migración desde Honduras, Guatemala y El Salvador. ¿Dónde quedó la política
migratoria de México que dio acogida a los españoles en los años 30, a los
guatemaltecos en los 80, a perseguidos políticos…? Circularon las imágenes de
la brutalidad contra los migrantes en el río Suchiate.
Días después en la Plenaria del Congreso, el diputado Porfirio Muñoz Ledo,
pidió la palabra para intervenir y mostrar los videos de la violencia en el
Suchiate, pero sorprendente y vergonzosamente la fracción de Morena votó en
contra de darle la palabra. Se negaron a informarse y a discutir el tema,
punto. El hecho es que la GN asume tareas similares a las de la Border Patrol
en territorio mexicano. Posteriormente vino la negativa del permiso a las
organizaciones promigrantes para permitir el monitoreo de las estaciones
migratorias.
En la frontera sur hay una evidente incapacidad de atender las necesidades de
los migrantes varados que viven en condiciones por demás deplorables en las
estaciones migratorias. Hay una evidente incapacidad de atender a los migrantes
en condiciones mínimas de salubridad y respeto a los derechos humano: priva el
hacinamiento, la mala alimentación, la falta de higiene. No habrá paso hacia
México para quienes decidan transitar hacia Estados Unidos. Las dos opciones
que se les plantean a los migrantes son: la oferta de permiso y trabajo para
permanecer en México, es decir, el refugio en condiciones frágiles cuando la
Comar tiene insuficiente presupuesto, o bien ser deportados a sus países de
origen. Para las organizaciones promigrantes, se les ha prohibido visitar las
estaciones migratorias para monitorear cómo se encuentran los migrantes, sin
definición de temporalidad. Priva la incertidumbre, así como la preocupación de
parte de Naciones Unidas. Vergonzoso e insostenible lo que sucede en la
frontera con Guatemala: violencia por un lado y por otro, incapacidad de
atender necesidades elementales de los migrantes. Una luz en la sombra, la
oferta de permiso y trabajo para permanecer en México.
Lo que acontece en nuestra frontera norte por imposición de EU y aceptado por
México, tras la amenaza de impuestos a nuestras exportaciones, es el retorno a
territorio nacional de los solicitantes de asilo en EU con el programa de la
Casa Blanca “Permanezca en México”. Han sido regresados a territorio
nacional de la frontera norte 62 mil centroamericanos, de ellos sólo 111 han
recibido asilo en EU. El resto permanece a lo largo de la frontera, en
condiciones deplorables.
En materia migratoria, sin duda, la política exterior de México muestra grandes
cambios. Ya no somos el país que acoge a migrantes que temen la violencia que
amenaza sus vidas, o la pobreza insostenible para sus familias. La Comar de los
años ochenta que acogió a 20 mil guatemaltecos para salvar sus vidas, hoy no
tiene recursos suficientes.
¿Entramos en un callejón sin salida? Trump cambió la política exterior de
México en materia migratoria y, profundiza, ahora dice que el muro será pagado
por México. Plantea imponer impuestos a las remesas. La situación en nuestras
dos fronteras es explosiva e insostenible, la violencia es una pésima opción.
El hacinamiento puede producir enfermedades y contagios, ¿pandemias?; viola los
derechos humanos de los migrantes. México muestra hoy la peor política
migratoria de nuestra historia.