De principio a fin, la obra de gran formato, con un tiraje único de 100 ejemplares, viene acompañada del trabajo fotográfico de Víctor Hugo Rodríguez Borja, mejor conocido como Virro Borja
Agencia SUN/ Cdmx
“Mezcal, orgullo de México” es una obra que nos adentra al mundo del destilado de agave producido en la tierra del barro negro y el amarillito. A lo largo de 15 capítulos expertos en la materia nos explican lo valioso de esta bebida ancestral, las regiones en donde crecen los agaves, sus varietales, el paso a paso de su destilación, la evolución, el factor cultural y de identidad, las leyendas que hay alrededor de él, su lado femenino y cómo es que el gusano rojo fue agregado al momento de envasar.
“Este tesoro, es un gigante dormido ya que es un producto de culto cuya industria cuenta con cientos de años de experiencia y sin embargo su comercialización masiva aún es joven”, mencionó Pedro Poncelis Brambila, Maitre Sommelier.
De principio a fin, la obra de gran formato, con un tiraje único de 100 ejemplares, viene acompañada del trabajo fotográfico de Víctor Hugo Rodríguez Borja, mejor conocido como Virro Borja, quien documentó además de los procesos, y retratos de los maestros mezcaleros, los asombrosos paisajes agaveros que harán que el lector, -aunque no conozca Oaxaca-, pueda familiarizarse con la cultura del máximo destilado del estado oaxaqueño y despertarle la curiosidad.
El famoso gusano rojo
Uno de los capítulos que llamó nuestra atención es el que está dedicado al gusano, escrito por Daniela Hernán, quien explica que el añadirle un gusano de maguey a la botella de mezcal, además de teñir al destilado de color amarillo (un elemento que solo aportaba una tonalidad atractiva) comenzó en 1945 teniendo su boom en la década de los 80, como resultado de exportaciones hacia Estados Unidos. Una práctica que, actualmente ya no es tan visible a menos que le des un vistazo a las vitrinas de las tiendas de souvenirs en el aeropuerto o tiendas enfocadas en turismo en el propio Oaxaca en donde hay botellas de este elixir con el bichito y un saco de sal de gusano cocido a mano que le acompaña abrazado a la tapa.
Tradiciones que nunca mueren
Al ser una bebida cultural, siempre está presente en acontecimientos religiosos o sociales, ya sean bautizos, primeras comuniones, bodas y velorios. Si vas a Oaxaca y te toca una calenda o los tiempos de la Guelaguetza, seguramente tendrás la oportunidad de que te den un carrizo lleno de mezcal y que al aceptarlo, te den la entrada para convivir con ellos en un baile callejero con orquesta en vivo y sigas bebiendo mezcal directamente de la garrafa aunque los anfitriones no te conozcan. Diana Miller, quien también colabora en esta obra, nos cuenta que el dos de noviembre, durante la noche de los Fieles Difuntos, se vierte el último trago de mezcal sobre la tumba de los seres queridos para que ellos en su retorno al más allá se vayan “bien despedidos”, afirma en su texto Oaxaca tierra de mezcal.
Del aficionado al experto
Para los que apenas están iniciando en este mundo mezcalero, Héctor Martínez explica a detalle las diferencias entre un mezcal, mezcal artesanal y mezcal artesanal; además de un glosario técnico para entender y disfrutar más las siguientes catas de mezcal, recorridos por los palenques y tener una elección de compra lo más acertada a nuestros gustos. Ya entendida las diferencias, viene la práctica, es por eso que dentro de su mismo capítulo.
El oficio, de generación, en generación
Ulises Torrentera nos explica en su participación “Los derroteros del mezcal”, que el mezcalillero (también conocido como maestro mezcalero) es “una suerte de alquimista” que ha obtenido el saber de los agaves y su destilación de su padre, quien a su vez aprendió de su abuelo y por ende, él de su bisabuelo hasta contar 500 años de tradición y memoria que en la palenque se han conservado “desde el corte del maguey hasta la destilación misma la cual siempre será mejor cuando sucede en ollas de barro.
