El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador necesitó sólo un año para convertir a México en una muralla contra la migración procedente de Centroamérica.
La Oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) señala que Guatemala registró un número récord de migrantes deportados tanto de México como de Estados Unidos en 2019.
En total, fueron enviados de vuelta al país centroamericano 103,2 mil guatemaltecos, de los cuales 54 mil 547 de Estados Unidos.
La cifra representó un incremento de 11% de las deportaciones de guatemaltecos procedentes de México y Estados Unidos con relación a 2018, y marcó el tercer año consecutivo en aumento. Durante el mismo periodo, las expulsiones de salvadoreños y hondureños de suelo mexicano y estadounidense, también siguieron en línea ascendente, 39% y 40%, respectivamente.
“Informes de México y Centroamérica muestran que 2019 cerró con cambios drásticos”, precisa la agencia de Naciones Unidas en su primer reporte del presente año sobre el panorama regional.
Entre julio y diciembre pasado llegaron a México 42 mil 710 migrantes centroamericanos, 70% menos en comparación al primer semestre del año, señala la instancia con datos proporcionados por el gobierno mexicano y de las naciones del Triángulo Norte de Centroamérica.
“Estas tendencias pueden relacionarse con que México y Estados Unidos apliquen políticas migratorias más estrictas a medida que las condiciones sociales y económicas de los países centroamericanos siguen deteriorándose”, indica.
En su resumen sobre seguridad, la OCAH señala que la violencia es crónica en México y Centroamérica.
Sostiene que México cerró el año con un total de 28 mil 645 víctimas de homicidio, un récord desde que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública comenzó a llevar registros oficiales en 1997.
Reporta que Guanajuato fue la entidad con el índice más elevado de asesinatos, más de 3 mil 200, seguido por Baja California y el Estado de México, que contabilizaron más de 2 mil 600 homicidios cada uno.
“Debido a su ubicación en la frontera entre Estados Unidos y México, la violencia crónica de Baja California representa un riesgo para la protección de migrantes que llegan a Estados Unidos buscando cruzar la frontera”, sostiene.
La violenta evolución en México contrasta a la tendencia a la baja que registra El Salvador. Diciembre cerró como el mes más pacífico en ese país desde 1992 y a lo largo del año contabilizó 2 mil 374 homicidios, 28.4% menos comparado con 2018.