IMPULSO/ Agencia SUN
San José, Costa Rica
México deportó a 436 mil 125 guatemaltecos, salvadoreños y hondureños entre enero de 2015 y septiembre de 2018, superando a Estados Unidos en el mismo periodo, que repatrió a 293 mil 813. A decir de activistas, eso prueba que, en la práctica, nuestro país es un “muro” para los migrantes centroamericanos.
Estadísticas de los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras, y de institutos de migración de esos países revelan que México se consolidó como el mayor expulsor de migrantes de estas tres naciones.
No siempre fue así: de 2011 a 2014, Estados Unidos superaba a México con 389 mil 673 deportados, contra 325 mil 560, pero en los últimos tres años las cifras se invirtieron.
Hasta 5 mil 400 migrantes, según el gobierno guatemalteco, cruzaron ese país y llegaron en los últimos días a la frontera sur de México con la intención de seguir rumbo a EU.
Los presidentes de Guatemala y Honduras se reunieron este sábado para definir una estrategia de “retorno seguro” de los migrantes y Tegucigalpa ordenó el cierre temporal del punto fronterizo de Agua Caliente para evitar que el éxodo creciera. Los mandatarios hablaron por teléfono con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, para compartir un acuerdo.
Según el gobierno hondureño, mil 900 personas han regresado ya a ese país, aunque todavía no hay certeza de cuántas de ellas han logrado ingresar a México.
Donald Trump, por su parte, dijo que México se ha portado “increíble” ante la crisis y lo atribuyó a que “ahora México respeta el liderazgo de EU”.