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México
México, que actualmente enfrenta un “crítico problema” por los casos cada vez mayores de desapariciones forzadas, debe aceptar el apoyo internacional para garantizar la protección a las víctimas, dijo este miércoles Naciones Unidas.
Hasta finales del 2016, México registró casi 30,000 casos de desapariciones forzadas y otros delitos como ejecuciones extrajudiciales, en los que se han visto involucradas fuerzas de seguridad, en uno de los peores momentos de violencia de su historia.
Otras 150,000 personas han muerto en poco más de una década desde que México decidió sacar a decenas de miles de militares a la calles para combatir a los cárteles de la droga, que lejos de ser contenidos avanzaron e incursionaron en otros delitos.
“Considerando el dolor existente, y que sigue creciendo, es imperioso que México abra un nuevo camino de justicia para las víctimas de desaparición y refuerce el régimen de protección internacional contra dicho flagelo”, dijo Jan Jarab, representante de la ONU en México sobre temas de derechos humanos.
En septiembre de 2014, casi un centenar de estudiantes del magisterio fueron atacados en el sur de México por policías municipales ligados a grupos criminales, en la ciudad de Iguala, en el Estado de Guerrero.
Cuarenta y tres de ellos desaparecieron y sólo se ubicaron restos óseos de una persona, los que fueron enviados a una universidad de Austria para su identificación.
México, como promotor de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, firmada hace ocho años, debería sumarse a los Estados que ya se benefician de la jurisprudencia del Comité contra la Desaparición Forzada, dijo la ONU.
“El Estado mexicano daría una muestra adicional y concreta de querer atender el crítico problema que padece mediante la cooperación de los organismos internacionales”, agregó Jarab.
En el marco del día internacional de las víctimas de desaparición forzada, el organismo internacional refrendó su disposición a asesorar y cooperar con México “para superar el gran reto que enfrenta en esta materia”. ELECONOMISTA / foto ilustrativa web