Diciembre 24, 2024
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Mejora tu actitud en una crisis emocional con tu pareja: EME

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Las emociones son preponderantes en la vida del ser humano. Antes de cada pensamiento, palabra o acción existe una emoción. Ponte a reflexionar un momento, cuando te levantas como dicen por ahí “con el pie izquierdo”, ¿Cómo son particularmente tus actitudes y acciones? Usualmente negativas ¿cierto?
Insisto en cada conferencia, en cada terapia, en cada artículo que redacto sobre la importancia de aprender a manejar nuestras emociones, ya que son el eje fundamental en la vida de todo ser humano.

Y es que, cuando surge una situación que consideramos nos pone en peligro o que, está amenazando nuestra integridad, comenzamos a presentar un conjunto de reacciones físicas, pensamientos y emociones negativos, dando origen a las crisis emocionales.

Las crisis emocionales, surgirán ante la amenaza de pérdida de los objetivos conseguidos, es decir, cuando la estabilidad económica, familiar, de pareja, emocional, etc. aparezca en la vida de una persona. Su aparición, puede ser de manera anticipada (cuando sabes que tendrá pronto un desenlace desagradable) o ante un evento trágico inesperado.

Lo que origina la crisis no es el conflicto en sí, sino la respuesta o interpretación que la persona hace ante dicha eventualidad. Es decir, el problema no es el problema sino la respuesta expresada ante el suceso.

Quienes enfrentan una crisis emocional, presentan signos y síntomas como falta de aire, el ritmo cardiaco acelerado, sensación de mareo, presión en el pecho, deseos de llorar, sensación de inseguridad, de salir corriendo, confusión, pensamientos catastróficos, negativos e incluso hasta suicidas.

Las personas llegan a sentirse tan aturdidas y con pensamientos tan confusos, que las conductas impulsivas comienzan a aparecer, llegando a agredirse a sí mismas o a quienes le rodean.
En pocas palabras, el no aprender a regular las emociones que acompañan a las crisis emocionales, pueden desembocar en situaciones catastróficas.

¿Qué hacer?
ENTENDER. Lo primero que tenemos que hacer para manejar los momentos en crisis, es entenderlas. Y es que esto no es tan fácil como suena, ya que son generadas por diferentes factores emocionales: miedo, frustración, tristeza, ira, sobrecarga sensorial, entre otras.
EVALUA. Ante las crisis emocionales, es importante realizar algo que yo le llamo “evaluación funcional”, es decir, una evaluación de los factores o estímulos recibidos antes de comenzar a presentarlas, así como la repercusión o afectación en tu vida.
COMPRENDER. A veces las personas que nos quieren comienzan a hacer una serie de comentarios que lejos de ayudarnos, pareciera empeoran las cosas: “no llores”, “no es para tanto”, “por algo pasan las cosas”, “toma todo con calma”, “Dios no se equivoca”, etc. Luego entonces, lo que hay que comprender es que, si afecta, es porque es importante para ti, y por tal, va a doler. No reprimas. Deja fluir tus emociones ya que es hasta cierto punto normal que estés así por dicho acontecimiento.
SUELTA. No te ates buscando respuesta a todo lo que ocurre. No todo tiene respuesta y a veces las personas sufren más por las respuestas que no obtienen que por lo que está ocurriendo realmente. Céntrate en el “aquí y ahora”, en tu sentir, en tu vivir.
RESPIRA. El respirar de manera consciente, te permite relajarte, tener un mejor control de tus emociones y, por ende, el de las situaciones. La respiración es nuestro regulador natural. Cuando oxigenamos el cerebro, las conexiones empiezan a hacernos más eficientes. Por ejemplo, la presión sanguínea se regula y al mismo tiempo se hace presente un sentimiento de tranquilidad. Las respiraciones lentas y profundas son la clave para lograrlo.

¿Cómo aprender a respirar?
1. Colócate en una posición neutral, es decir, evita tener los pies o manos cruzadas, permite el libre flujo de circulación sanguínea.
2. Dirige tu atención a tu respiración, observa que tan acelerada se encuentra.
3. Coloca una mano en tu tórax, misma que te permita visualizar el movimiento del mismo cada que inhales o exhales. Si existe un movimiento rápido, significa que no estas ventilando adecuadamente los pulmones. Las personas nerviosas, realizan respiraciones cortas que solo alcanzan la parte más alta del tórax.
4. Es preferible mantener la respiración (inhalación y exhalación) por la nariz más que por la boca.
5. Inicia con una inhalación fuerte y profunda, con una duración aproximada de 4 segundos, contén el aire del segundo 5 al 7 y exhala del 8 al 10. Repite este procedimiento 3 veces.
6. Continua con una inhalación fuerte y profunda de 5 segundos, contén 5 segundos y exhala en 10 segundos (como si trataras de sacar todo el aire que existe dentro de ti). Observa como el movimiento de tu mano que se encuentra en el tórax, es menor. No pierdas la concentración de tu respiración. Realiza este procedimiento 3 veces.
7. Realiza una inhalación lenta y profunda que dure aproximadamente 10 segundos, contenla durante 6 segundos y exhala en 10.

Por último, date la oportunidad incluso, de vivir tu crisis, no es eterna, aunque en un principio parezca que sí. Pasará y te aseguro dejará una huella en tu vida que se llamará madurez por experiencia.
Lo peor que podemos hacer, es encariñarnos con las crisis; a veces, cuando no las sabemos manejar, las hacemos parte de nuestra vida y eso nos hace sentir condenados.
Escríbeme si quieres saber más, acerca de cómo controlar esos momentos en crisis. Estoy para ayudarte.
En consultorio o a distancia 55 1683 4691 y 55 2848 7005. Psicólogo y maestro, Román Hernández
Psicoterapeuta Clínico individual y de pareja Especialista en Modificación de Conducta.
Experto en Desarrollo Humano e Inteligencia Emocional.

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