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Washington
El líder de la mayoría republicana del Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, descartó este martes convocar un voto sobre la última propuesta de su partido para derogar y sustituir la actual ley de salud conocida como Obamacare ante la falta de apoyo en su propia bancada.
McConnell tuvo que abandonar el enésimo intento de su partido por acabar con la ley sanitaria que impulsó el expresidente Barack Obama en 2012 al contar con la negativa de tres de sus compañeros senadores, John McCain, Rand Paul y Susan Collins, haciendo imposible su aprobación por mayoría simple.
Hacia dónde vamos ahora desde aquí es hacia una reforma fiscal”, confirmó McConnell tras una reunión con su bancada, después de reconocer que no cuentan con los votos suficientes para aprobar la legislación de derogación de Obamacare promovida por los senadores Bill Cassidy y Lindsay Graham.
Decidimos que, puesto que no tenemos los votos, pospondremos esa votación”, dijo por su parte el senador Bill Cassidy.
El Gobierno de Donald Trump ha presionado de forma incesante al Congreso para que llegue a un acuerdo por el que poner fin a la ley de salud de Obama, el mayor logro en política nacional de su mandato, pero se ha topado con una fuerte división interna entre los propios republicanos.
Tras conocer la decisión del liderazgo, Graham aseguró que los republicanos del Senado volverán a trabajar sobre una opción para acabar con el sistema sanitario actual cuando logren impulsar la reforma fiscal promovida por Trump, otra de sus prioridades de su Gobierno.
El liderazgo republicano en el Senado quería votar el proyecto esta semana con la fecha del 30 de septiembre en mente, pues ese día es el límite para aprovechar una excepción legislativa que le permitiría aprobarla por mayoría simple.
A partir de octubre, los republicanos necesitarían al menos 60 votos a favor para avanzar con el procedimiento de derogar Obamacare, lejos de la actual mayoría conservadora en la Cámara.
No se pueden hacer bien reformas amplias a nuestro sistema de salud en un marco de tiempo comprimido”, señaló Collins este lunes en un comunicado al sumarse a McCain y Paul en su negativa.
Asimismo, la senadora por Maine, una de las más moderadas entre los conservadores, criticó que la última propuesta de su partido comporte como las anteriores, grandes recortes a los programas de salud pública.
Con la intención de mantener viva su propuesta, Graham y Cassidy hicieron cambios de última hora durante el fin de semana, incluyendo la asignación de más fondos a los estados de los senadores más reticentes al texto.
El proyecto propuesto hubiera derogado partes clave de Obamacare, como el mandato individual por el que los ciudadanos son multados si no obtienen seguro y los subsidios a las aseguradoras y los fondos para la ampliación de Medicaid, acceso sanitario para las personas con bajos recursos-, con subvenciones en bloque que serían entregadas a los estados. EXCELSIOR