IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad De México
El canadiense Mark McMorris es la viva imagen de que los milagros existen. Hace once meses, Mark luchaba por su vida tras haber sufrido una fractura de mandíbula, ruptura de brazo, sangrado interno, un pulmón colapsado y un sin fin de huesos rotos tras un accidente mientras practicaba su deporte favorito; el snowboard.
En una zona cerca de Whistler British Columbia, en su natal Canadá, se estrelló contra un árbol al dar un salto equivocado. Tras el accidente declaró “estaba muy seguro de que iba a morir”, sin embargo, tras una larga estancia en el hospital y la atención médica necesaria y precisa, aunado a sus ganas de seguir con vida, logró salir adelante.
El domingo 11 de febrero, entró a la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno Pyeongchang 2018, pues su esfuerzo y dedicación lo llevaron directo al podio olímpico y se colgó la presea de bronce en la prueba de snowboard.
“Me alegra haber superado esa última lesión para estar aquí (en Pyeongchang) porque esto es muy especial”, finalizó.