IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Tener historial crediticio te convierte en un conocido para las instituciones bancarias. Porque, ¿Tú le prestarías a alguien que no conoces? Ellos tampoco. Así que estas organizaciones utilizan esta herramienta para saber de ti y de cómo te comportas en los pagos cuando tienes deudas.
“Un historial lleno de pagos puntuales no solamente te va a dar oportunidades de obtener los financiamientos que estás buscando, sino obtener mejores precios”, explica Wolfgang Erhardt, el vocero del Buró de Crédito. Es decir, vas a pagar menos intereses por ese dinero que te presten, ya que ellos se van a arriesgar más fácilmente a darte el dinero. Estarán viendo en ese historial que eres alguien de confianza y que sí paga lo que pide prestado, así que ellos arriesgarán más contigo.
Pero primero hay que entender qué es el historial crediticio: Es tu “carta de presentación ante cualquier compañía donde pidas un préstamo, una tarjeta de crédito, el financiamiento para un auto o una hipoteca. Se trata del registro de toda tu actividad de pago, incluido algunos servicios como el cable o telefonía e incluso de pensiones, por mencionar algunos. En otras palabras, es un documento que demuestra si acostumbras pagar a tiempo o si acumulas alguna deuda”, explica Comparaguru.com.
Esta información la almacena el Buró de Crédito, una institución privada que nació hace 20 años y que tiene la función de recibir información del comportamiento crediticio de las personas que utilizan crédito. Información tanto del sector financiero como del sector comercial. Y las instituciones crediticias tienen la posibilidad de revisar tu historial para tomar la decisión de prestarte o no.
Por aquí se empieza
Así que tu comportamiento crediticio irá construyendo tu historial. Si no tienes crédito alguno y tienes la intención de tramitar una hipoteca o algún préstamo en un futuro, es importante empezar a escribir esta historia, porque está claro que nadie va a prestarte si no conocen cómo te comportas financieramente hablando.
De inicio, considera que no te conocen y no te darán la tarjeta dorada; es más, es posible que precisamente como no te conocen, ninguna institución quiera otorgarte un plástico. Sin embargo, hay algunas formas en las que puedes empezar a generar este historial que ha de ayudarte en un futuro.
Entre éstas, se encuentra la de sacar un crédito de telefonía móvil, por ejemplo. Este tipo de datos también los almacena el Buró de Crédito y si lo pagas bien, te estarás retratando como un buen pagador, a pesar de que sea un crédito sencillo y de lo más común.
Otra opción que puede ayudar es la de tramitar una tarjeta de crédito departamental. Un instrumento de este tipo suele tener tasas de interés más altas, pero esto es algo que no debe importarte. ¿Por qué? Porque si vas a empezar a tener crédito, lo tienes que usar bien.
Un buen usuario de tarjeta de crédito no paga intereses nunca porque paga a tiempo todo lo que consumió. Es decir, es lo que se llama un “totalero”. Las tarjetas de crédito siempre deben ser un medio de pago no una forma de financiamiento, porque siempre el dinero que te preste un plástico será dinero caro, muy caro.
Intenta también con una clásica. Al igual que la departamental, es una buena forma de empezar a generar este historial.
Para que te des cuenta de qué tan caro te puede salir si no empiezas siendo un totalero: Entre las tarjetas clásicas más caras de acuerdo con una tabla de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), se encuentra la de BanCoppel y la de Famsa, con 65% y 63% de tasa de interés máxima anual. Esto hablando de las departamentales. La lista la encabeza la tarjeta de Consubanco, la cual cobra 95% de tasa de interés, o sea, que estarías pagando prácticamente el doble de lo que pediste si es que decides pagar intereses. Si adeudas saldo, este porcentaje van a cobrarte sobre el saldo promedio mensual.
Otra forma de empezar con el pie derecho el historial crediticio es pedir un crédito personal o un crédito inmediato en línea.
El segundo es más sencillo de sacar, pero ojo. Éste es un préstamo en el que para tramitarlo te pedirán ni aval ni mucho más documentación que tu identificación oficial. Sin embargo, estos créditos son a una tasa muy alta. Si lo necesitas o si quieres empezar a generar un buen historial, pídelo pero págalo lo antes posible. Un día después si puedes. “Queda registrado en tu historial que solicitaste un crédito y lo pagaste a tiempo”, explica Freddy Domínguez, director de Comparaguru.com.
A través de estas formas vas a poder estar en el Buró de Crédito. Hay que romper el mito de que estar en el Buró es malo para tus finanzas. “En Buró estamos todos los que hemos obtenido un crédito o un servicio a crédito. Significa contar con un historial crediticio que muestra tanto los pagos puntuales y adecuados como los retrasos de pago”, explica la institución.
Así que si ya tienes un crédito el paso siguiente es no dejar de pagarlo ni una vez ni tampoco atrasarte ya que esto te va a permitir acceder a otros préstamos en un futuro y seguramente a una tasa más baja. Tú puedes acceder a este documento de forma gratuita una vez al año. Si requieres de consultarlo una vez más, el cobro será de 35 pesos.
Para mantener un buen historial además de pagar a tiempo necesitas mostrar que tu nivel de deuda no es excesivo, y que si pides otro crédito nuevo serás capaz de pagarlo, explica el portal de internet.
Antes de solicitar un crédito, es recomendable que revises este récord: “Tu historial crediticio es como tu curriculum vitae. Es un espejo fiel de tu experiencia crediticia”.
Mantener un buen historial
El crédito es un asunto de confianza, según explica el Buró. Pero, ¿Qué pasa cuando te empiezas a atrasar? Lo peor que podrías hacer es dejar de pagar y hacerte el desentendido.
La recomendación de todos los especialistas es que antes de dejar de pagar y que cuando empieces a ver que tus compromisos financieros están rebasando tu capacidad de pago, te acerques a la institución financiera a la que le debes para que le hagas saber de tu situación y entre los dos puedan encontrar una estrategia para que puedas seguir cumpliendo.
“No esperes que los servicios de cobranza te busquen, más bien acércate tú porque de este modo demostrarás que, aunque las circunstancias no sean favorables para ti en este momento, mantienes el compromiso de pagar de acuerdo con tus posibilidades”, explica el Buró.
En este sentido, lo más recomendable es que si ya no puedes pagar la deuda tal y como está planteada ahora, busques reestructurarla, porque de otra manera afectará a tu historial crediticio.
“Una reestructura se da cuando la institución financiera a la que le debes evalúa tu caso y te presenta un esquema de pagos fijos mensuales que variarán en distintos plazos y montos de interés”, explica la Organización Nacional de Defensa del Deudor.
Reestructurar te conviene pero tienes que considerar que con esta reestructura podrías terminar pagando dos o tres veces tu deuda actual y si por alguna razón fallas a estos pagos ésta se cancelará automáticamente y se generará un nuevo saldo al que se le sumarán los intereses de ésta, por lo que podrás terminar debiendo más de lo que debías al inicio, explica esta organización.
Hay otra posibilidad, el aceptar una quita, es decir, un acuerdo con el banco mediante el cual sólo pagarás una parte de tu deuda, pero esto quedará registrado en tu historial que pagaste cierto porcentaje pero quedaste a deber el resto, así que afectará a tu historial.
Los créditos se borran a los seis años si cumplen son adeudos menores a las 400 mil UDIS, es decir, si son de menos de 1.7 millones de pesos, si el crédito no está en proceso judicial y si no se haya cometido fraude. El plazo corre desde la fecha del primer incumplimiento.