Julio 16, 2024
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Los soldados de Ucrania libran una “batalla infernal” para controlar Marinka

Cerca de Krasnogorivka, Ucrania- En Marinka los soldados ucranianos que participan en la batalla ‘infernal’ para recuperar esta ciudad oriental están cada vez más cerca de sus enemigos rusos. Rusia ha convertido en prioridad capturar la región industrial de Donetsk, donde se encuentra esta población. Desde que los rusos invadieron el país, la artillería domina este conflicto, convertido en una guerra de desgaste entre armas de largo alcance.

‘Podían aparecer detrás de una pared a 10 o 20 metros de ti, de forma inesperada, trepando entre los escombros’, dijo un miembro de la Brigada 79, que se negó a dar su nombre.

Los soldados que se defienden de las tropas rusas en Marinka dijeron a AFP que, sin edificios en los que refugiarse, luchan desde los sótanos, agazapados detrás de restos de paredes o escombros. ‘No hay trincheras. No hay nada. Incluso tuve que esconderme detrás de un refrigerador’, dijo otro soldado, Vitali, de 34 años.

El coronel Yaroslav Chepurny, dijo que la brigada sufrió aquí su ‘mayor cantidad de pérdidas’. En una posición cerca de Krasnogorivka, donde AFP pudo hablar con algunos de los soldados, Volodimir, de 26 años, señala dónde están sus adversarios rusos, entre los árboles, a unos 500 metros de distancia. ‘Nos disparan con ametralladoras. Luego les respondemos con lanzacohetes y se quedan callados’, cuenta.

Llevan luchando en Marinka cinco meses, toman un respiro en una base cercana para escapar del frío y recuperarse. El joven comandante de la brigada, Dmytro, reconoce que es una carga ‘decidir el destino de la gente’.

El teniente de 29 años, que fue desarrollador de videojuegos antes de unirse al ejército en mayo, se ganó el distintivo de ‘Bueno’ por levantar la moral. Luego tuvo que sustituir al líder del escuadrón, que resultó herido. ‘Tienes que decidir si hay que sacar o no de una posición el cuerpo de un soldado muerto, porque a menudo tienes que hacerlo bajo fuego enemigo”, dice.

Intentan hacer todo lo posible para recuperar a los heridos pero siempre en la oscuridad. Valentin, un miembro del escuadrón, fue uno de los que lograron sacar, tras resultar herido en el brazo y la pierna. De vuelta con su pelotón en la base, exhibe fotos aéreas de las ruinas de Marinka y de las paredes derribadas de los edificios, apenas visibles bajo una fina capa de nieve. ‘Ahí fuera es un infierno’, asegura.