Diciembre 25, 2024
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IMPULSO/  Norma L. Vázquez Alanís

Nuevas funciones de la Historia

La historia oficial no pudo vencer a Maximiliano. Aunque le creó una imagen de enemigo, usurpador, ambicioso y príncipe cruel, casi inmediatamente la opinión de los mexicanos sobre este personaje fue de simpatía para el que consideraban un joven liberal, romántico y amable.

 

Con este concepto inició su conferencia ‘Maximiliano de Habsburgo, monarca ciudadano’ la doctora en Historia por el Colegio de México (Colmex), Erika Pani, quien hizo una revisión de esta figura tan desacreditada por quienes escribieron la historia autorizada, es decir, los republicanos liberales que ganaron, pues la necesidad de deslegitimar al enemigo era de supervivencia nacional.

Así se abrió el ciclo ‘Nuevas interpretaciones de la historia nacional’, auspiciado por el Centro de Estudios de Historia de México Carso (CEHM), con el que se pretende dar una nueva visión de temas y personajes de la historia de México, a través de las ponencias de investigadores con larga experiencia que están trabajando en el estudio de vetas desconocidas de figuras y hechos históricos nacionales, tal como lo dijeron en la presentación, los doctores Manuel Ramos Medina y Enrique Florescano, director del CEHM e integrante del consejo consultivo del mismo, respectivamente.

Al respecto, la doctora Pani indicó que los organizadores se quedaron cortos al solo apuntar al pasado nacional, porque México forma parte de un mundo más amplio, lo cual se percibe en la forma en que los historiadores se están acercando a su pasado. “La historia que se escribía hace 30 o 40 años servía básicamente para hacer Patria, justificar hechos y enaltecer héroes, en tanto la que actualmente se esboza, describe un pasado más complejo y desordenado, pero del que es posible aprender más”.

Hoy día, apuntó Pani, quien es directora del Centro de Estudios Históricos del Colmex, la historia no se centra solamente en la penosa construcción de una comunidad nacional -aunque ese asunto preocupa a quienes analizan la historia política-, sino que rescata una multitud de factores que dan forma a la experiencia humana en el espacio y en el tiempo.

Así, el historiador contemporáneo toma en cuenta para su estudio la importancia del contexto: la diversidad de las motivaciones y los objetivos que movieron a los actores históricos; de estas fronteras reales y mentales en las que se desplazaron; el espacio que trazaron, así como las circunstancias históricas en las que se desenvolvieron estos hombres y mujeres, quienes en su tiempo actuaron y construyeron.

En este sentido, explicó la doctora Pani, las investigaciones recientes sobre Maximiliano han llevado a los especialistas a preguntarse qué gustó tanto a los mexicanos de este hombre que llegó a México para gobernar cuando ya alguien ocupaba legítimamente el poder. Una de las conclusiones fue que la dimensión trágica del príncipe extranjero y la visión del infortunio de su mujer alentaron la afinidad de los connacionales, quienes lo ubicaron desde siempre en el imaginario colectivo como un hombre liberal de buenas intenciones y no con la imagen de villano que trató de imponerle la historia oficial.

El peor pecado de Maximiliano no fue su ingenuidad o ambición, sino el haberse dejado engañar y escuchado a las personas equivocadas, ya que él viajó a México convencido de que ayudaría a este país, que no había logrado cuajar después de su independencia por sus conflictos internos, además de que se debatía entre un pasado colonial y católico, o un futuro de progreso y modernidad.  

Maximiliano se convirtió en mártir al sacrificarse de manera voluntaria, no en vano sus palabras postreras fueron: “espero que mi sangre sea la última que se vierta por este desgraciado país”. Esta imagen fue la que dio la vuelta al mundo y la que los mexicanos recuerdan, subrayó la ponente.

: Maximiliano no ha figurado como uno de los malos, aunque estaba del lado equivocado; es considerado como un personaje colorido, folclórico y que tenía mucho de novelesco.

 

 

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