IMPULSO/ Jorge Nuño Jiménez
Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo AC
A Rubén Almonte Álvarez, ejemplo de tenacidad, impulsor de innovación tecnológica.
La semana pasada asistí a un diálogo fructífero con la juventud de México, en el Tecnológico de Estudios Superiores de Chimalhuacán (Teschi), constaté que en esta noble institución se prepara un ejército de mujeres y hombres para conducir a México a la modernidad, inspirados en la educación tecnológica comprometida con la sociedad.
Este Tecnológico está enclavado en una zona densamente poblada, marginada. Es una ciudad dormitorio rodeada de insalubridad, desorden e inseguridad. “Es el retrato más acabado de la tragedia del subdesarrollo” (“El Fausto”, de Johann W. Goethe). No observé jardines ni elegantes zonas arboladas. Es la imagen de la fantasmagórica “Ciudad Gótica”, donde deambulan “el guasón” y “la loba” juntos.
La exposición de las nuevas tecnologías para la educación mostró un profundo interés en los alumnos con verdadera sed de conocimiento, querían saber y preguntaron: ¿Por qué algunos países avanzan y otros se quedan rezagados?, como son los casos de China, India, Corea del Sur, Japón y otros situados en la cuenca del Pacífico.
Esos países son los motores del crecimiento económico mundial. Otra interrogante fue: ¿Cuáles son las claves de la riqueza y poderío de las naciones? La respuesta naturalmente fue: la educación tecnológica y la innovación para insertarse en la senda del crecimiento con bienestar y distribución equitativa del ingreso, sumando las tesis del desarrollo, con justicia y equidad, bajo un nuevo modelo de universidades e instituciones tecnológicas para el desarrollo, que vincule el aparato productivo con el sistema educativo y programas industria-escuela.
El debate se centró desde el origen del homo sapiens sapiens, a la teoría de la evolución de Charles Darwin, las revoluciones industriales y del conocimiento científico y tecnológico, y su impacto en las relaciones humanas, concluyendo con los nuevos poderes globales y la división del mundo entre “los que saben” y “los que no saben”. Terminando con las sociedades del conocimiento, brechas digitales y gobernabilidad ciudadana con nuevas tecnologías.
El nuevo pacto social para la igualdad y erradicación de la pobreza en estos tiempos líquidos y gaseosos, donde “todo lo sólido se desvanece en el aire” lo constituye la herramienta de la educación, científica y tecnológica basada en la innovación. Este es el verdadero pilar de la riqueza, el progreso y la modernidad insertada en la cuarta Revolución científica y tecnológica.
La educación a distancia es indispensable con el impulso de la computación que comenzó hace 6 lustros. El surgimiento de la Revolución 4.0 constituye la autopista para incorporar a la población utilizando nuevas tecnologías (Unesco), con el compromiso de llevar a las localidades internet gratuito, esto permitirá a los usuarios buscar información, análisis y aportaciones científicas para empoderarse mediante el conocimiento.
La educación digital, la conectividad y competitividad crean estructuras bajo normas que establezca el sistema educativo nacional. Con el acceso a la conectividad y la educación digital a toda la población, le será posible alcanzar mejores niveles de desarrollo económico basado en competencias, y una sociedad del conocimiento.
Existen muchos ejemplos de los temas mencionados como es el sistema de “Universidades Tecnológicas para el Desarrollo y el Bienestar”, creadas en zonas pobres de Oaxaca por el doctor Modesto Seara Vázquez, quien reivindica la garantía universal de la educación superior para gente pobre, incorporándolos como verdaderos líderes de la sociedad al sistema productivo.
Otro ejemplo digno de encomio es “Skyangel”, empresa que aplica nuevas tecnologías y análisis de la informática, la telemática y la robótica. Sorprende y aturde con sus innovaciones. Sin llamarle de esta manera es una “verdadera universidad del futuro” aplicando altas tecnologías. Está integrada por mujeres y hombres que operan sistemas satelitales, creando programas innovadores como el proyecto “escuela y universidad segura”.