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Las niñas de Guatemala que protestaron contra el infierno

IMPULSO/ Edición Web
Guatemala
“Las niñas de Guatemala no son un poema de amor”, sentencia el portal guatemalteco Plaza Pública cuando se refiere al incendio que se registró el pasado miércoles 8 de marzo en el albergue para menores Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado a las afueras de Ciudad de Guatemala. El incendio fue iniciado por las inquilinas de la casa hogar, quienes se amotinaron y prendieron fuego a sus colchones para que las dejaran salir de sus habitaciones. “No las dejaron salir y murieron calcinadas”, indica el sitio local Nómada. El fuego cobró la vida de —al menos— 41 niñas y adolescentes guatemaltecas en plena conmemoración del Día internacional de la Mujer.

Al menos 50 niñas y niños de la casa hogar intentaron huir el pasado 7 de marzo, un día antes de la tragedia. Los jóvenes lograron escapar, aunque prontamente fueron atrapados, después de que el presidente de Guatemala lo ordenara. Al menos la mayoría regresó al sitio de donde escapó. “El presidente mismo Jimmy Morales ordenó que se enviaran más de 250 policías incluyendo antimotines, que se quedaron ahí toda la noche para tener todo bajo control”, afirma el grupo Prensa Comunitaria KM169. Después de ser atrapadas, indica el medio de comunicación, las jóvenes fueron resguardadas y “puestas bajo llave”.

“Los adolescentes estaban sancionados por extorsión. Las niñas tenían objetos punzocortantes escondidos en el pelo. Agotamos el diálogo con las niñas. No podíamos aceptar un informe que dice que ese lugar es un gallinero en donde se tortura a los niños. Considero que la causa del amotinamiento, porque no les gusta la comida, no era válida”, afirmó un funcionario del gobierno guatemalteco. Así como se lee: de acuerdo con las autoridades de Guatemala, la protesta se debió a que a las chicas del Hogar Seguro no les gustaba la comida que se les daba.

La versión oficial —por aquellos lares también se da— ignora por completo las historias de abuso y violencia en el albergue: violaciones, trata, golpizas y hasta un asesinato. Por varios años los residentes del albergue habían denunciado que durante su estancia en Hogar Seguro, eran víctimas de maltrato físico, psicológico y sexual. Según los testimonios de las chicas, en varias ocasiones intentaban huir del centro, “que se había convertido en un infierno para sus vidas”, indica la agencia EFE.

En la casa hogar coexisten 800 personas (bebés, niños y adolescentes), indica Nómada, cuando la capacidad máxima del sitio es para 500. Durante el último año escaparon cerca de cien jóvenes y niños para asentarse en los bosques y barrancos del municipio de San José Pinula. Lo que debería ser su casa, ahora es su cárcel, afirma el portal guatemalteco. “Esta fue una rebelión de niñas. Cualquiera que viva aquí cerca sabe que esto es un infierno“, afirmó una vecina del albergue.
En Hogar Seguro Virgen de la Asunción viven lo mismo jóvenes reclutados por pandillas para robar, extorsionar o asesinar —cuyos padres decidieron que no tenían la capacidad para hacerse cargo—, niños en situación de calle, víctimas de violencia intrafamiliar y trata de blancas, niños abandonados por tener capacidades diferentes. “Otros nacieron allí, hijos de adolescentes violadas por sus compañeros o sus maestros o los trabajadores de la Secretaría de Bienestar Social”.
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“Ustedes no salen de aquí hasta que me hagan sexo oral”, obligar a las alumnas y alumnos a caminar desnudos frente a sus compañeros de clase, violar a un niña con retraso mental, obligar a las niñas a sostener relaciones sexuales con la promesa de sacarlas del infierno, estas son apenas algunas de las postales que caracterizan a la casa hogar guatemalteca, “bajo el resguardo del Estado“, que sólo ha recibido algo de atención hasta después de la tragedia del pasado 8 de marzo.

El albergue, señala el portal Distintas Latitudes, nació en 2010 como un espacio diseñado para resguardar a niñas y niños que sufrían violencia o negligencia en sus hogares. Otros de los inquilinos eran niños en situación de abandono o que quedaron huérfanos. En Hogar Seguro —supuestamente— recibirían atención psicológica y educación para que, al momento de cumplir la mayoría de edad, los jóvenes pudieran enfrentar la vida fuera del lugar. “Esto únicamente quedó como una ilusión para los pequeños, porque desde el momento que llegaban al lugar su vida corría peligro”, sentencia el medio.

De acuerdo con el periódico The New York Times, la Secretaría de Bienestar Social recibió durante el año pasado apenas 2.5 millones de dólares, con los cuales tiene que mantener cuatro orfanatos, cada uno con una media de 800 inquilinos. Según el diario, más de la mitad de estos recursos se invierten en la alimentación de los jóvenes —dicen las autoridades— mientras que el resto se destina al pago de salarios de los encargados de la educación y protección de los niños y adolescentes. Sopitas.com

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