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La Sede Del Genocidio

IMPULSO/Said Yescas

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De fondo se escuchan detonaciones de armas de fuego combinadas con explosiones, mezcladas perfectamente con gritos, llantos, resistencia y silencios de una nación sumergida en el genocidio como canal de control social. Un día como el de hoy, donde los sueños se suspenden, giran 360 grados cual conclusión es la cárcel, el triunfo o la muerte; donde ya no importa lo que hiciste, sino, lo que harás; donde ya no vale lo que perdiste, sino, la lucha por no dejar que te arrebaten lo que tendrás. Muchos salieron a las calles a gritar libertad, calidad social, democracia, buen gobierno, oportunidades, educación. Salieron después de despedirse de sus seres queridos, con la incógnita de regresar caminando o en un féretro, con la incógnita de saber sí el sacrificio valdrá la pena al final del día.

Una de las escenas repetidas en la película más larga de todos los tiempos: La vida.

Han caído imperios, se han borrado ciudades; se han conquistado territorios, se han esclavizado sociedades. El hombre, “Animal que razona”, el único animal capaz de acabar consigo mismo, volvió a mover su ficha en el tablero de juego para nuclearizar países o para dotar de armas a los simios que están a cargo de la protección del individuo. Nuestra historia aquí, está manchada de sangre y lucha.

Casi finalizaba la primera década del siglo XX cuando el movimiento estudiantil de Argentina protestó contra la tiranía educativa. Durante la guerra fría, el conflicto en Vietnam impulsó a jóvenes estudiantes de muchos países incluyendo a Estados Unidos al descontento contra la guerra en 1963. El fracaso cultural e ideológico de la dictadura de Francisco Franco en España, llevó en el año 1965 a que los estudiantes se manifestaran. En 1968 también París, Praga y el aún doliente Tlatelolco. Brasil no se quedó atrás con el movimiento estudiantil que aún sigue en pie, cuyo auge disconforme fue en 1976. Hasta el otro lado del mundo, China se pintó de rojo con la supresión del disenso estudiantil en la plaza de Tiananmmén a finales de los años ochenta. Para el inicio de la primera década de este siglo, Chile se vio forzado a retomar el activismo por una mejora a la calidad educativa, así como un acceso más fácil económicamente a ella.

La historia ha contado una queja que va de generación en generación en contra de una sed de poder empollada desde tiempos indefinidos. Algunos de estos conflictos sólo hicieron temblar la estabilidad de los gobernantes, muchos otros hicieron temblar el pavimento con el uso excesivo e inhumano de las armas. Pero esto no termina aquí… Nicaragua, es ahora la sede del asesinato.

Jóvenes se han despedido de sus familiares, quizás no se vuelvan a ver; salieron a luchar por su país en una revolución estudiantil contra el sistema, contra Daniel Ortega Saavedra, dictador bajo la máscara de presidente de Nicaragua y líder del partido político Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que de “Sandinista” ya no tiene nada. Acusado de elevar las acciones violentas de represión contra estos chicos y de evitar la libertad de expresión ¿Pues quién más?

Esta vez no es sólo la parte intelectual la que está en juego, es la calidad social. El Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), bajo su nueva reforma, busca subir los impuestos a todos, incluyendo jubilados, también la cuota patronal que aplica para las empresas un aumento de impuesto por cada empleado.

¿Cómo un país que después de sufrir, había encontrado un descanso con el sandinismo, para luego permitir que se le violente de forma totalitaria económicamente?

Estas subidas de porcentaje a los impuestos no sólo quebrantarán la tranquilidad, sino que, hará todo más complicado. Ahora trabajarán para pagar más impuestos que para recibir un salario justo, los grupos vulnerables se verán más debilitados, las empresas o, saldrán quitando fuentes de empleo o, esclavizarán a sus empleados un poco más para cubrir las cuotas necesarias. ¿Cuánto costará educarse?

¿No se suponía que la tendencia política del sandinismo estaba basada en la ideología antiimperialista? ¿Por qué Saavedra, siendo líder del partido originario de esta ideología quebranta sus principios? Peor aún ¿Por qué los líderes creen que la represión armada es una forma inteligente de control?

Pocos medios hablan de la realidad que viven en Managua, principalmente. Me llevó a escribir un video que vi en redes sociales sobre una estudiante despidiéndose de su madre en un “en vivo”, para después adentrase a la guerra; no volví a ver el video. No hay libertad de expresión, pero tampoco nos pueden engañar: En Nicaragua están muriendo gente por reclamar lo que es justo, lo que desde un principio debió ser así. En nuestro país lo hemos aceptado, ni una independencia nos volvió soberanos, ni una revolución quitó al mal gobierno; pagamos impuestos elevados, permitimos privatizaciones, aceptamos una democracia falsa y sobre todo, vivimos a merced de la violencia y corrupción.

Según un texto de Javier Lafuente en el periódico global EL País, este conflicto es más complejo de lo se cree. Es la dictadura de Ortega, el descontento estudiantil, la represión violenta, los presos políticos, el quiebre del sandinismo, la protesta de países latinoamericanos para el cese de la fuerza impuesta, la reforma del INSS, la violación de derechos humanos, el activismo de líderes campesinos, empresarios y religiosos, la lucha por recuperar el simbolismo, la censura… el genocidio para mantener el statu quo.

2018, les tocó a los nicaragüenses; Pero ese es sólo uno de los puntos. La balcanización dentro del mundo está cumpliendo el objetivo: volvernos divergentes. Odiarnos, separarnos, deshacernos el uno con el otro, debilitarnos; ya cansados y heridos por nuestras guerras, será más fácil el dominarnos.

Esto es peor que una guerra mundial, siglo tras siglo mantenemos conflictos que nos van exterminando poco a poco. Simple, los grandes peones juegan a conquistar geopolíticamente los recursos, los países, la economía, la historia, las ideologías. Logran que se traicionen convicciones por poder, que el hombre se vuelva más animal; dejándonos en la posición de defendernos ante un ataque de revolución armada y no la oportunidad de una revolución intelectual, de ideales.

Nicaragua nos está enseñando a no perder el sentido de lucha, a no permitir más el pisoteo a lo que es correcto, adelantarnos, ser más conscientes e inteligentes con el siguiente movimiento que defina una situación política, económica, social y cultural en nuestro país para no llegar al punto tan elevado, de nuevo. No quiere decir que sea positivo para nosotros los mexicanos lo que sucede allá, al contrario, el coraje que recorre las venas y la impotencia por no poder cambiar su situación, nos deja con las ganas de no volver a caer en el mismo agujero.

Nicaragua, mantente fuerte.

“Salve a ti, Nicaragua. En tu suelo
ya no ruge la voz del cañón,
ni se tiñe con sangre de hermanos
tu glorioso pendón bicolor…”

Salve a ti, primera estrofa del himno nacional de Nicaragua, escrito por Salomón Ibarra Mayorga, 1918.

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