IMPULSO/ Marco A. Rodríguez Blasquez
No dudo que el deseo del Presidente AMLO sea arribar a la Cuarta Transformación del país, eliminando la corrupción y abatiendo la impunidad. La corrupción se ha convertido en el eje central de su estrategia. Sin embargo en lo que representa este delicado tema aún no se tiene información detallada de los resultados que se han obtenido, salvo las medidas emprendidas para atacar el huachicoleo y que efectivamente esta lucha contra el crimen organizado le ha representado al Estado sustanciales ahorros.
En mi opinión se confunden los términos de austeridad con corrupción. Las medidas adoptadas para lograr la austeridad de ninguna manera se traducen en acciones para atacar la corrupción del sistema, más bien se entiende que las medidas implementadas desde el inicio de esta administración, obedecen a la aplicación de una política pública para la obtención de recursos que serán aplicados a los programas sociales, lo que representa una decisión atinada de este gobierno.
Las medidas implementadas como la reducción de los salarios a la burocracia, el eliminar el intermediarismo en la entrega de recursos a la población, el poner a la venta las flotillas aérea y vehicular, el cancelar los seguros médicos a funcionarios, el reducir el gasto en publicidad etc. etc., son medidas que dibujan la forma austera como se conduce el régimen, y que si bien constituye un cambio de paradigma, su instrumentación no es reflejo del combate a la corrupción.
Hasta el momento lo que ha hecho el gobierno para abatir la corrupción se resume en mi opinión únicamente en dos acciones, una el haber legislado para elevar a delito grave este flagelo, y otra más el impulsar una medida preventiva a través de la centralización en la Secretaria de Hacienda de todas las compras del gobierno, logrando hasta el momento con esta decisión evidenciar a las tres empresas proveedoras que tenían el control en el suministro de medicamentos del sector salud
Ante los escasos resultados en el tema central de esta administración y la ausencia en el escenario público de la Fiscal Especial para abatir la corrupción ¿alguien sabe quién es?, esto obligó a que el Fiscal General de la Nación saliera al quite, comunicando en rueda de prensa, que en los próximos 60 días se judicializará el caso Odebresh, y se continuará con las investigaciones en los casos de la Estafa Maestra y otros que han trascendido ante la opinión pública.
Este anuncio mediático del Fiscal General, se da en parte para amortiguar las demandas legítimas de la sociedad civil expresadas durante la marcha del pasado domingo, en donde se le exigió a este gobierno expresar con claridad y no con retorica los resultados que hasta este momento se han obtenido en materia de seguridad empleo, economía y corrupción.
Preocupa la forma de responder del jefe del ejecutivo ante las protestas y comentarios que cuestionan su visión sobre las acciones que emprende para arribar a la Cuarta Transformación. Y más aun en un sistema que recién se ha construido bajo la bandera de la democracia, en la realidad no se observan contrapesos.
Después del pasado mes de julio los partidos políticos han venido siendo cooptados por el actual régimen, no existe una oposición real entre los Senadores y Diputados que permitiera corregir o reorientar aquellas iniciativas que únicamente favorecen los deseos presidenciales e igual no se observa que en sus decisiones el Presidente AMLO tome en cuenta lo que le sugieren los expertos incluyendo a varios de sus colaboradores, más bien parecería que su estilo es confrontarlos mediante las propuestas que presentan. Ejemplo de lo anterior sobran pero será tema de otro comentario.
Es de reconocer el esfuerzo, dedicación y podríamos agregar el patriotismo que le imprime AMLO a cada uno de los tema que integran la agenda nacional con lo que pretende construir una sociedad más justa e igualitaria, pero desde una perspectiva realista la refundación de un país no se logra únicamente contando con el capital político que obtuvo en el pasado triunfo electoral .
La ambición de llevar al país a la Cuarta Transformación a través de un movimiento pacificador, que se inscriba en la historia como sucesor del movimiento Independentista, la Reforma y la Revolución, no se logra únicamente con voluntad y valores morales, se requiere de la suma de todos los actores políticos incluyendo a la sociedad civil, y para ello es necesario cambiar el discurso autoritario desde el poder, transmitiendo resultados objetivos, certeza y viabilidad económica en cada una de las acciones que se emprendan .
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