Mtro. Marco A. Rodríguez Blasquez.
En días pasados un grupo de intelectuales y periodistas, publicaron una carta en defensa de la democracia y convocan a la unidad de la oposición para hacer frente a MORENA en el proceso electoral de 2021, a lo que el Presidente AMLO, fiel a su esencia, nuevamente se lanza contra ellos respondiendo que carecen de honestidad política e intelectual, que es un grupo que siempre ha defendido el modelo neoliberal, por lo que es normal que en el proceso de transformación de la 4T, se produzcan este tipo de reacciones.
A fin de acallar o restarle importancia a las voces críticas de este gobierno,las conferencias mañaneras se han constituido en el instrumento en que se apoya la 4T,a fin de exhibir ante una audiencia nacional a personajes y grupos opositores, como cómplices de los regímenes neoliberales en donde imperó la corrupción y la impunidad. Esta medida más que un acto de vanidad y protagonismo, representa una estrategia comunicacional a fin de ejercer un contrapeso ante periodistas, columnistas e intelectuales, apoyándose en un ejército de internautas que en redes sociales que publican comentarios que en algunos casos llegan a amenazar a los que cuestionan las medidas adoptadas por este gobierno.
Ante este camino hacia la polarización fundamentalmente con la prensa, la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, emitió una recomendación a fin de que el titular del ejecutivo federal tome precauciones al hablar de la prensa, petición difícil de cumplir por un político que a lo largo de 18 años, ha utilizado el argumento de que, si un medio habla bien de él, los periodistas son objetivos y profesionales, pero si expresan algo que no es de su agrado, entonces falsean la información, etiquetándolos como periodistas al servicio de la “mafia del poder”.
La anterior situación ha contribuido a restarle credibilidad a la información oficial que se transmite, sin embargo tenemos la importante responsabilidad de ser objetivos en el análisis, a fin de tener elementos que permitan entender el fondo de esta confrontación(que en nada abona a solucionar los graves problemas que nos aquejan), entre el Presidente AMLO y un grupo de periodistas e intelectuales.A continuación expongo el siguiente enfoque:
1.En este enfrentamiento, subyacen intereses económicos, que desde gobiernos anteriores han marcado la relación entre los medios de comunicación con el poder político, misma que está supeditada entre otros servicios a la compra de espacios publicitarios, cuyo gasto en este gobierno se ha reducido,generando inconformidad entre los propietarios de medios, columnistas periodistas e intelectuales que se han visto afectados en sus intereses, al reducir este gobiernoel presupuesto en publicidad, que se destinaba en su gran mayoría a promover la imagen del gobierno en turno, dejando de lado el real objetivo de la publicidad oficial de difundir iniciativas, leyes, políticas públicas, asuntos de interés nacional etc.
2.El gasto en publicidad oficial era sumamente oneroso, llegando a ser escandaloso, tan solo durante el último año del ex Presidente Calderón, el gasto de comunicación social aumentó 145%,y en la administración del ex Presidente Peña, en los primeros cuatro años se ejercieron alrededor de 40 mil millones de pesos en publicidad, lo que fue documentado en un reportaje por el diario The New York Times, concluyendo que el gobierno controlaba a los medios de comunicación, haciendo un derroche de recursos públicos que permitió que un selecto grupo de periodistas obutuvieran millones de pesos. Simultáneamente, la organización civil Mexicanos contra la Corrupción, elaboró un informe al que denominó “Dinero bajo la Mesa”, en el que exhiben una lista con los nombres de columnistas y periodistas que estaban en la nómina del gobierno federal.
3.Esta derrama económica permitía al gobierno tener el control de los medios de comunicación y el monopolio en los temas de la agenda pública, destacando aquellas acciones y personajes que trascendieran positivamente al interior y exterior del país como el montaje de Televisa en el caso FlorenceCassez, o el apoyo de un grupo selecto de periodistas que posicionaron a García Luna, como “El mejor policía de México”, o los excesos que se dieron para promover las pasadas reformas educativa y energética.
Esta relación ominosa entre medios de comunicación y gobierno, se remonta al siglo pasado y la documenta magistralmente el novelista e historiador Enrique Serna en su libro reciente “El Vendedor del Silencio”,que es la radiografía de un hombre con talento y sensibilidad periodística, culto, prepotente, conquistador y a la vez misógino, cuya columna en el diario Excelsior era de las más leídas, es el retrato del periodista Carlos Denegri, quien a mediados del siglo XX, fue considerado “El reportero de la Republica”, y a quien Julio Scherer, fundador de la Revista Proceso describió como “el mejor y el más vil de los reporteros”.
El libro narra una serie de anécdotas impactantes, que tienen lugar durante los periodos de Avila Camacho, Miguel Alemán y Díaz Ordaz, se describe el modus operandi en las relaciones entre la prensa y el poderpolítico. Denegri quien tenía una relación cordial con los ex mandatarios, fue el arquetipo de un periodismo de chantaje, complicidades yextorsión para callar la verdad. El autor que introduce situaciones ficticias con momentos y protagonistas reales, nos invita a una reflexión a fin de adentrarnos en el pasado para entender lo que ahora pasa en México.
Director de BGC Consultoría Estratégica.
