Septiembre 27, 2024
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La justicia sigue al servicio del patriarcado

Teresa C. Ulloa Ziáurriz/Cimac

Primera Parte

En las últimas semanas en dos ocasiones vimos con indignación que niñas que sufrieron agresiones sexuales no han tenido garantizadosu derecho de acceso a la justicia porque les tocaron jueces penales patriarcales.

Por un lado, el Juez Jorge Luis Solís Arana –asignado recientemente al juzgado de control y oralidad que está en el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) de Puerto Vallarta, en dos casos de ataque sexual de adultos a niñas menores de 12 años, en uno se atrevió a negar la vinculación a proceso penal del pedófilo porque “no hubo placer” y en el otro, porque había sido un simple desahogo sexual. En un caso uno era un funcionario público y el otro era el papá de la menor de edad. Ambos son pedófilos.

Fallaron los jueces, profundamente patriarcales, corruptos, ineptos, pero también fallaron los Fiscales con trabajo muy deficiente e ineficaz, pero les fallaron los Ejecutivos Locales y Federal, así como los Congresos de sus respectivas entidades.

Pero también les hemos fallado como sociedad, porque deberíamos, a estas alturas del Siglo XXI, haber generado una cultura de cero tolerancia a todas las formas de violencia contra las niñas.

Igual que se emprendió un cambio de cultura con la separación de basura, o con dejar de usar bolsas de polietileno y hoy se emprende por prohibir los alimentos ultra procesados para niñas y niños, en la ley y en la política pública, así se debería emprender un cambio cultural que llegara hasta el último rincón de nuestro país para erradicar las prácticas estereotipadas que justifican la violencia contra las mujeres y las niñas.

Y así como estos ejemplos, podemos citar muchos más, ya que 7 niñas cada día en nuestro país, sufren de alguna agresión sexual, incluso son víctimas de feminicidio o desaparecen.

Lo cierto es que el patriarcado pone al servicio de los violentadores y abusadores de mujeres y niñas, una serie de herramientas legales que usan para no enfrentar las consecuencias de sus acciones; desde la presunción de inocencia, hasta el nuevo sistema penal, la tortura, fallas en la detención y el amparo, todos usados para que la justicia los favorezca o para cansar a las víctimas y demostrarles que nunca van a poder más que ellos, lo que logran en no pocas ocasiones.

Ejemplo de ello es Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, que usó el amparo para forzar a la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, en una suerte de tráfico de influencias, a que determinara si consignaba las Averiguaciones en su contra por la denunciada red de prostitución de mujeres jóvenes vulnerables en el PRI-DF, en la que el Procurador ordenó el no ejercicio de la acción penal.

Esta determinación fue combatida a nombre de las víctimas con todos los recursos que nos fueron posibles, incluyendo el amparo y el amparo en revisión, que después de 5 años ganamos, por lo que Gutiérrez de la Torre interpuso un recurso de reclamación que afortunadamente perdió.