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La joya de la corona

IMPULSO/ José Rangel Espinosa
Donald Trump
El día de ayer, 20 de enero de 2017, fue un punto de quiebre para el mundo, sobre todo para el occidental, más aún para México. Fue el primer día de gobierno del nuevo presidente con mayor poder sobre la tierra. Un mandato obtenido sin contar con el voto mayoritario de los ciudadanos, pero sí de los delegados electorales. Una democracia indirecta y que favorece a los intereses oscuros del recalcitrante capitalismo.

Tal parece que estamos viviendo un sueño de terror en donde existe un malévolo personaje que odia a las razas distintas a la suya. Un fundamentalista empeñado en destruir los valores de los pueblos civilizados: tolerancia y convivencia como seres humanos iguales en Libertades, Derechos y Oportunidades. A todas luces, es un retroceso con posibles daños graves para todos.

Es importante reflexionar y no caer en pesimismo ciego o sordo, por el contrario, los políticos se caracterizan por encontrar oportunidades en las adversidades, y ésta es, acaso, la más brillante alternativa azteca en la circunstancia actual.

Los pronunciamientos del GG, o sea Gorila Güero, y de su equipo de Ku Klux Klan, le dan al presidente Enrique Peña Nieto la charola de plata, que digo plata, de platino, para unificar a los líderes del país y, con el más alto sentido nacionalista, enfrentar a la primera economía del globo desde nuestra posición número 14, que no es menor.

Además, contamos con los muchos lastimados norteamericanos alineados contra el GG, con los inminentes aliados de América y de la Unión Europea, inclusive de China, que ve la posibilidad de pasar del segundo lugar al primero, también con la simpatía de los europeos, excepto Gran Bretaña.

Al interior, es vital ponderar tres aspectos del necesario Liderazgo de Peña Nieto: primero, es el presidente legal y legítimo de los mexicanos, en las democracias, los electores que no votan o que se abstienen se suman en automático a quien gana [sic.], entonces, EPN representa a la mayoría de los mexicanos, en consecuencia, a todos [sic.].

Segundo, los economistas, los sociólogos y los periodistas más serios coinciden en que las reformas estructurales, que yo denomino estratégicas, mostrarán sus bondades para la justicia social en el mediano y largo plazos, en el discurso internacional, son y serán la mejor tarjeta de presentación de un México que abandonó la postura de soberanía trasnochada y que da paso a una soberanía con visión de emergente; hay que evitar hacer eco a los partidos de izquierda y derecha que están pervirtiendo las reformas y politizándolas para un supuesto y lejano beneficio electoral, se empeñan en verlas como de resultados chatos y prontos, a los volados, sólo juegan los paleteros.

Tercero, los Estados Unidos del Norte, Canadá y México apostaron buena parte de su capital económico al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica como el mecanismo que habría de proporcionar estabilidad y desarrollo.

Twitter @PepeRangel1910

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