IMPULSO/ José Rangel Espinosa
Destape de Carolina
Producto inmediato del autodestape que realizó en días pasados la diputada federal y secretaria general del PRI nacional, Carolina Monroy del Mazo, sobre su legítima aspiración a la gubernatura del Estado más importante de la República, se han desatado los demonios y no es para menos.
Por un lado, se generaron miles de especulaciones: que si fue autorizada por el primer priista, que si es parte del juego del Gobernador para que los aspirantes enseñen los dientes y jueguen sus cartas, que si fue una actitud propia de la inexperiencia, que si su jefe lo ordenó como estrategia de su propio proyecto. Lo cierto es que a todos les sirvió la declaración, excepto a ella.
En el ámbito de dirigentes y cuadros del partido, es útil para aclararles el panorama y que la lucha por el poder público presenta un amplio mosaico de posibilidades y que los últimos acontecimientos también perfilan las fortalezas.
Primero fue el nombramiento de Ernesto Némer Álvarez como procurador federal del Consumidor, lo que lo coloca en mejor posición que la Subsecretaría de Desarrollo Social.
En la Cámara de Diputados Federal, se designó recientemente a Alfredo del Mazo Maza -también por decisión del presidente Peña- como titular de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, que es la más importante del Congreso de la Unión. Aquí también se supone que los primos Carolina y Alfredo hacen mancuerna y eso pone a éste a la cabeza del importante grupo familiar.
En los sondeos de opinión sobre esta prematura carrera de obstáculos hacia la Casa Estado de Paseo Colón, se dice que es evidente ante el vendaval que se presentó a partir del dos de marzo, la fortaleza del Secretario General de Gobierno sobresale en el análisis de los varios factores a su favor, su eficacia en el cargo, la estabilidad política en el Estado y su lealtad a Eruviel Ávila. José Manzur Quiroga resulta ser el mejor posicionado ante la opinión pública -más allá de la clase política- y, en una encuesta, hoy estaría sin duda en primer lugar.
Con los últimos eventos y resultados de las elecciones primarias en los Estados Unidos de Norteamérica, los mexicanos pasamos de la sorpresa a la indignación y ahora nos aterroriza el pensar que el ignorante y racista Donald Trump se convierta en el líder del país más poderoso del planeta. El escenario provocaría primero una revuelta al interior y después vendrían las reacciones negativas de gobiernos antagónicos y de los aliados inclusive.
El odio incuba violencia y la violencia genera violencia, como un remolino incontenible. Ojalá que los electores eviten a tiempo que el güero-gordo sea Presidente.
Ex Diputado Federal LIX y LXII José Rangel Espinosa.
Twitter @PepeRangel1910
