IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
A finales de los años 30, Edmundo O´Gorman (1906-1995) ya había decidido abandonar su carrera de abogado y convertirse en historiador. Bajo la dirección de Luis González Obregón y con apenas treinta y pocos años, O´Gorman fue contratado por el Archivo General de la Nación. Allí, entre miles de papeles y durante más de cuatro años, el historiador fue desarrollando la investigación “El Diablo en la Conquista”, un trabajo inédito y desconocido que acaba de aparecer.
La investigación inconclusa, totalmente hecha en papel revolución, casi toda copiada a mano por O´Gorman, y a veces con transcripciones a máquina, se conforma de 96 fichas, 194 cuartillas de anotaciones, dos hojas de biobibliografía y un prólogo de dos cuartillas donde apunta su interés por revisar la figura del demonio en crónicas y documentos de los siglos XV y XVI, e incluso llega a los siglos XVII y XVIII.
“En este ensayo se intenta, mediante el examen y elaboración de un tema del más alto interés humano —el Diablo—, abrir una ruta en esa región de la historiografía indiana, más radical y profunda de la que tradicionalmente y hasta ahora ha sido usual explorar. Si se logra tal propósito, aunque sea en una medida muy moderada, y si hay un sólo lector en quien estas líneas despierten la emoción que normalmente debería preceder y acompañar todo viaje hacia un mundo extraño y lejano, me consideraré ampliamente recompensado”. Así apunta su propuesta el joven historiador, en un prólogo fechado en la “Ciudad de México, otoño de 1940”.
Entonces, O´Gorman tenía 34 años y la vida por delante. Agregaba en el prólogo de esa investigación inédita: “La zona más profunda de la historiografía de Indias está aún por explorar. Basta aproximarse con simpatía y con amor a los hechos americanos, para vislumbrar detrás de la estructura superficial y espesa de las fechas, de los nombres y de las instituciones la existencia de un amplísimo campo inédito como un nuevo Mar Océano que se extiende ante nuestra vista hasta perderse en un horizonte oscuro”.
En 1940, Edmundo O´Gorman quería acometer con ansia ese proyecto sobre el Demonio, pero no pudo; lo abandonó porque mientras trabajaba la investigación comenzaron a ocurrirle cosas extrañas: le movían a cada tanto la foto de su maestro José Gaos y por las noches escuchaba el sonido de cadenas que caían por la escalera de su casa.
Dejó por la paz el manuscrito hasta 1955, cuando le entregó esos papeles dentro de un sobre amarillo de papel manila a una joven alumna suya, Gloria Rodríguez Fernández, con el fin de que ella lo concluyera y lo presentara como su investigación de tesis de licenciatura. Ella no lo quiso hacer y lo olvidó en un baúl del que salió apenas hace cuatro años cuando limpiaba para mudarse.
Gloria, quien ahora rebasa los 80 años, decidió entregarlo al doctor Manuel Ramos Medina, director del Centro de Estudios de Historia de México Carso Fundación Carlos Slim, que publica y edita el libro “El Diablo en la Conquista”, con esa investigación inconclusa e inédita de Edmundo O´Gorman sobre el diablo.
Entrar a lo desconocido. La bella edición con cubierta roja y elementos diabólicos, como el tridente y un diablito con cuernos y mirada intensa, reproduce completa la investigación inconclusa de O´Gorman, también algunas de las fichas de trabajo, hojas de sus anotaciones y el prólogo del ensayo titulado: “Al amigo lector”, donde el joven historiador planteaba ya los preceptos que regirán sus trabajos ante la Historia.
“La historia escrita es la expresión de la relación que establece el vivo con el muerto; pero esa relación caerá en el vacío si por un truco meramente mecánico o por un prejuicio inválido se expulsa el axioma esencial de la historiografía, a saber: que el vivo es un correlato del muerto”. Apunta Edmundo O´Gorman en 1940.
Allí, el historiador y filósofo que muchos años después escribiría obras fundamentales como “La invención de América” y “Fundamentos de la Historia de América” asegura que historiar es penetrar a fondo en las regiones desconocidas de un mundo que hace señas a través de los textos y de los monumentos.
“La inquietud que agita el espíritu de Dante cuando perdido en el bosque está a punto de iniciar su terrible viaje, pinta con ejemplaridad el estado de ánimo en que debería estar todo aquel que se proponga, en la persecución de un tema cualquiera, descender hasta las entrañas más íntimas del pasado. Al fin y al cabo, en un sentido válido, el pasado es literalmente un infierno; porque constituye la vasta región donde viven los muertos”, afirma.
Eso lo sabe bien, lo ha estudiado y lo plantea el doctor Manuel Ramos Medina, director del Centro de Estudios de Historia de México Carso Fundación Carlos Slim, quien tuvo a su cargo la presentación, transcripción y edición de “El Diablo en la Conquista” y quien afirma que Edmundo O´Gorman rompió esquemas dentro del camino historiográfico en México.
“O´Gorman tiene una propuesta más humana de la historia, de decir, la historia debe de ser contada desde los documentos que son los que nos hablan; pero también que el ser humano encuentre la esencia, es decir, utilizar el dato pero también interpretar el dato, que es lo que nos hace acercarnos a un lector. Él tenía un epígrafe que a mí me marcó mucho: `la Historia es en esencia producto de la imaginación´; y un segundo epígrafe que pongo en el libro: `Porque tengo poca memoria soy buen historiador´”, señala Ramos Medina.
Anotaciones. En fichas copiadas a mano y cuartillas de papel revolución que se empiezan a quebrar están las anotaciones de Edmundo O´Gorman sobre “El Diablo en la Conquista”, una investigación inédita que fue donada por la doctora Gloria Rodríguez Fernández y ha quedado registrada en el Centro de Estudios de Historia de México Carso, con el número de fondo DCCLVIII (758). Hoy, ese trabajo se puede leer en una edición que sólo consta de 500 ejemplares.
En 268 páginas están los apuntes inéditos de OGorman sobre el Diablo, sus fichas y transcripciones de pasajes de textos de Fray Bartolomé de las Casas, Fray Bernardino de Sahagún, Francisco Cervantes de Salazar, Bernal Díaz del Castillo, Francisco López de Gómara, Fray Diego de Landa, Fray Jerónimo de Mendieta, las cartas de Hernán Cortés y de Cristóbal Colón; textos esenciales de la Colección de Documentos para la Historia de México de Joaquín García Icazbalceta.
Cita edictos, bulas, relaciones, cédulas, ordenanzas, instrucciones militares, procesos de indios idólatras, procesos inquisitoriales, crónicas y cartas donde se menciona al Diablo o hay actos demoniacos; obras como Historia natural y moral de las indias, de Joseph Acosta; la Primera relación anónima de la jornada que hizo Nuño de Guzmán a la Nueva Galicia, la Relación de algunas cosas de la Nueva España y de la gran ciudad de Temestitán México; escrita por un compañero de Hernán Cortés.
Está por ejemplo esta cita de la tesis de José Salmerón de Castro: “… Su santísima presencia (de la V. de Guadalupe) en el clima mejicanos impide que, como sucede continua y aun diariamente en los climas de todo el orbe, los hombres que tienen abundancia de crudezas, humores pútridos, tétricos y obscenos, como los melancólicos, los hipocondríacos, sean poseídos por el demonio”, que forma parte del Archivo de la Universidad de los grados de doctores y licenciado en Medicina 1653-1732.
Comenta el doctor Ramos Medina que O´Gorman hizo una investigación profunda, pero no dio el siguiente paso que es la interpretación de lo investigado. Sus notas empiezan con Cortés y Bernal Díaz del Castillo, con los cronistas franciscanos, dominicos, agustinos del siglo XVI, pero también incluye interpretaciones del siglo XVII y hasta del XVIII, que retoman la cristianización de estos pueblos para defenderlos de las manos del Demonio, según los occidentales.
Medina, quien reconoce que la concepción del Diablo llegó con los españoles.
Misterios. Llegar a la publicación de “El Diablo en la Conquista” tuvo sus emociones. Desde que el doctor Ramos Medina tomó el proyecto, le comenzó una alergia rarísima que se le quitó cuando entregó el libro a la editorial. Su amiga historiadora Dominique Courcelles, de L´Ecole Nationale des Chartes de París, le recomendó protegerse con una bola de cristal cuando trabajara el texto. “Fui a la Lagunilla y compré una chiquita y la puse en mi estudio donde trabajo en Santiago Tlautla. Lo curioso es que en el centro de la esfera apareció una mancha negra”, dice el doctor.
: Hoy, la investigación inconclusa e inédita de Edmundo O´Gorman está publicada; falta la interpretación de sus papeles, que alguien concluya el ensayo. Manuel Ramos Medina dice que bien podrían hacerlo estudiantes de teología, filosofía, historia y psicología, a través de un seminario que él dirigiría.
: Esta obra Cita edictos, bulas, relaciones, cédulas, ordenanzas, instrucciones militares, procesos de indios idólatras, procesos inquisitoriales, crónicas y cartas donde se menciona al Diablo o hay actos demoniacos; obras como Historia natural y moral de las indias, de Joseph Acosta
: En 1940, Edmundo O´Gorman quería acometer con ansia ese proyecto sobre el Demonio, pero no pudo; lo abandonó porque mientras trabajaba la investigación comenzaron a ocurrirle cosas extrañas: le movían a cada tanto la foto de su maestro José Gaos y por las noches escuchaba el sonido de cadenas que caían por la escalera de su casa
“Habla de los sacrificios humanos, de las apariciones del Diablo, de cómo el Diablo es terco y quiere recuperar su presencia; y lo toma de muchos de los que vivieron la Conquista, como Bernal Díaz del Castillo”
Manuel Ramos Medina Dr. del Centro de Estudios de Historia de México Carso
La investigación inconclusa, totalmente hecha en papel revolución, casi toda copiada a mano por O´Gorman, y a veces con transcripciones a máquina, se conforma de 96 fichas, 194 cuartillas de anotaciones, dos hojas de biobibliografía y un prólogo de dos cuartillas donde apunta su interés por revisar la figura del demonio en crónicas y documentos de los siglos XV y XVI, e incluso llega a los siglos XVII y XVII