IMPULSO/ Redacción
Ixtlahuaca
El hedor que despide el suelo del Rastro Regional de Ixtlahuaca “pica la nariz” y es insoportable, denunciaron habitantes de la comunidad de Ejido de Huerejé, de este municipio, ubicado en la zona norte del estado de México. La cercanía de sus casas con este centro de sacrifico bovino y porcino, operado por el Ayuntamiento, provoca que, después del medio día, los gases y aromas que despide la sangre y los esquilmos (jugos gástricos y otros líquidos que despiden los órganos de los animales) que se pudren en la tierra, al calor del sol, sean transportados por el viento hasta sus hogares.
Este rastro arroja material orgánico a la tierra, durante la mañana, y una unidad de maquinaria pesada, conocida como “mano de chango”, se encarga de echarle tierra encima, la tapa y aplana todos los días. Según los vecinos, este ritual se repite a diario y atrae a decenas de perros que han formado jaurías y dificultan el tránsito de gente que pasa por el sitio, porque ha habido intento de atacarlos.
Gonzalo García Sánchez, vecino de Ejido de Huerejé, asegura que cuando se combina la humedad y las altas temperaturas, el olor insoportable inunda no sólo su comunidad, sino también las delegaciones vecinas de San Bartolo y Santa María Del Llano. “Y pues ahí comentamos que no habían hecho caso de nada y ahí tiraban todos ahí encima, a la intemperie, los perros que llevaban la porquería para allá. Todos eso huele mal, la sangre más que nada, apesta, ya ve qué olor tan horrible llega”, señala.
Por su parte, Virginia García Antonia, también vecina de Huerejé, acusa que los perros son atraídos por los olores y ya han formado jaurías que desentierran los desechos y se los llevan para otros terrenos, y para Claudia Sánchez, de la misma comunidad y paciente con cáncer de mama, asegura que la peste la han denunciado al Ayuntamiento ya varias veces, y pasan administraciones y no sucede nada. “En su terreno pueden hacer lo que quieran, pero perjudicando a segundos y a terceros, entonces a nosotros nos está afectando, si a los que están, como dicen, a los niños, a la gente grande, por ejemplo, yo con esta enfermedad, ¡qué está pasando!
En una visita al inmueble y material gráfico levantado por los propios vecinos, se puede observar que, sistemáticamente arrojan a terreno afuera de las instalaciones del rastro, delimitado por una cerca de malla ciclónica, la sangre y los esquilmos que a diario se producen. El terreno no cuenta con una geomembrana que evite la filtración de materiales descompuestos a los mantos freáticos. Dentro del terreno cercado del rastro, trabajadores del rastro excavan profundos hoyos para depositar ahí restos de animales, como cabezas, víceras y piel (no encontramos carne) que no pueden ser utilizados para consumo humano por estar infectados o ser de animales enfermos.
“Nos heredaron el problema”
El actual administrador del Rastro, José Luis Téllez Molina, confirmó que el manejo que realizan del material orgánico que se desecha no está apegado estrictamente a la norma. Asegura que realizan “su mejor esfuerzo” para que funcione bien, con los recursos que tienen y han consultado a empresas privadas especializadas para buscar opciones para resolver el problema, la solución que les plantearon es la elaboración de composta, por eso excavan, depositan el material y lo vuelven a cubrir con tierra y pasto seco.
El funcionario confirmó que no cuentan con un incinerador de material orgánico, como lo solicita la Norma Oficial Mexicana NOM-194-SSA1-2004, que en su apartado 6.1.9 indica que “los rastros deberán contar con horno incinerador de capacidad suficiente para la disposición final de los productos rechazados…”. Tampoco se cumple con lo que indica la Norma Técnica Estatal Ambiental NTEA-001-AE-2003, para el Almacenamiento, Tratamiento y Disposición Final de Residuos Orgánicos Generados en Cetros de Sacrificio de Animales para Consumo Humano, que en su quinto apartado señala que “queda prohibido depositar residuos orgánicos directamente al suelo, enterrarlos, verterlos en cuerpos de agua o en el Sistema de Alcantarillado urbano o municipal”.
Por su parte, Gabriel Ángeles Isidro, Director de Fomento Económico de Ixtlahuaca, área responsable de los rastros que opera el actual Ayuntamiento de extracción aliancista (PAN, PRD y MC), asegura que buscan resolver el problema que se provoca a los vecinos, y la única manera que han encontrado, para darle tratamiento al material orgánico en el corto plazo, ha sido la elaboración de composta. Aunque aseguró que tienen el proyecto al mediano plazo, de adquirir una deshidratadora de sangre y líquidos que actualmente vierten al suelo, pero implica una inversión importante que aún no tienen claro cuándo podrán concretarla. “Queremos que esto sea, no solamente el tratamiento, sino que sea sustentable, nos platicaban los expertos que efectivamente, con la sangre se puede hacer harina de sangre, que muchos no conocen cuál es su uso, sin embargo nos interesa el tema”, dijo.
Mientras eso sucede, la manera en que elaboran composta viola también la Norma Técnica Estatal Ambiental NTEA-006-SMA-RS-2006, la cual indica en su apartado quinto que las plantas de producción de mejoradores de suelo (composta) deben contar con “delimitación perimetral del suelo con cerca de malla ciclónica de 55 por 55 mm de 2.5 metros de altura a partir del nivel del suelo y con soportes, o cualquier otro material garantice el no ingreso de animales y o personas no autorizadas”.
No hay denuncias formales
Al respecto, el titular de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México, Luis Eduardo Gómez, indicó que no han recibido ninguna denuncia por el manejo de estos residuos, por parte del Rastro Regional de Ixtlahuaca y tampoco se ha concretado una verificación de la manera en que operan, pero indicó que se realizaría en breve.“No hemos tenido una visita de inspección, a la fecha no hemos tenido una denuncia como tal, vamos a entrar la próxima semana, de manera puntual en todas las materia, una vez concluida la inspección, veremos qué es lo que procede”, prometió.
Se consultó también a la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de México, para conocer las revisiones que realiza a este inmueble, pero no hubo respuesta, sólo una nota informativa que señala que “de manera permanente, personal de la Jurisdicción de Regulación Sanitaria de Atlacomulco, ha venido realizando acciones de inspección y orientación para la aplicación de las normas sanitarias NOM-194-SSA1-2004 y la NOM-251-SSA1-2009, así como acciones de fomento sanitario en los dos rastros con los que cuenta el municipio de Ixtlahuaca, el municipal y el regional”.