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IMPULSO/ Julio Requena
Con los resultados electorales, inician dos carreras
Más que el análisis de la derrota del PRI o del triunfo de AMLO en este primero de julio, hay que ver a futuro la siguiente batalla política que se debe empezar a trabajar lo más pronto posible. Con los números electorales, Morena empieza su carrera hacia la Gubernatura mexiquense en el 2023 con el pie derecho, con una mayoría en el Congreso local que será fundamental para trabajar en el proyecto estatal.
A partir de septiembre, Morena tendrá la mayoría en la Legislatura mexiquense y hará todo lo posible por imponer sus reglas en la primera mitad del sexenio de Alfredo Del Mazo, por lo que pudiera darse una relación cuesta arriba para el priismo, que en la elección intermedia intentará recuperar terreno, tanto en el congreso federal como local.
Morena sabe que, haciendo un buen trabajo político desde el Congreso, puede ir sentando las bases para una carrera gubernamental exitosa, por lo que es un grave riesgo para el gobierno actual que toda la legislación recaiga en un partido opositor que también tendrá la facultad de fiscalización como espada de Damocles.
Estos meses antes del cambio legislativo son vitales para el partido en el poder y sin duda, tendrá que vislumbrar cambios de forma y de fondo que le ayuden a mantener la civilidad, la gobernanza y el impulso en los siguientes años, pese a tener un partido opositor como controlador del Poder Legislativo mexiquense.
Por su parte, Morena debe estudiar bien el reparto de responsabilidades, desde el nombramiento del coordinador parlamentario, el presidente de la Junta de Coordinación Política y los presidentes de las comisiones legislativas más importantes. Mientras que el PRI tiene que pensar en la normatividad que le garantice condiciones favorables antes de que sus opositores le marquen el ritmo político a la entidad.
También es claro que, con los resultados electorales se inicia otra carrera, la presidencial para dentro de seis años con un priísmo desgastado, en un tercer lugar, donde el mejor cuadro a nivel nacional que tiene es el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, quien contará con el financiamiento suficiente para sostener una campaña nacional de unificación del PRI, para la reconstrucción bajo la mira de un proyecto más social que escuche la lección que hoy tuvo que aprender de manera drástica.
No hay figuras a nivel nacional dentro del PRI que estén en la posibilidad de seguir vigentes durante seis años más, confrontando de tú a tú al ahora electo Andrés Manuel López Obrador, pues a partir de diciembre de este año, quedarán fuera del presupuesto nacional y como nunca, bajarán las prerrogativas que recibe el tricolor a nivel nacional. No olvidemos que el PRI viene de recibir dinero por porcentajes de votación arriba de los 45 puntos y ahora solo lo hará por 17 por ciento, aproximadamente.
Posiblemente, después de diciembre de 2018 al PRI no le alcance para sostener sus oficinas regionales en cada estado de la República y tenga que recurrir a la base militante para poder sostenerse, donde ahora la estructura que tanto presumía tendrá que ser el pilar que lo mantenga vivo.
El PRI va a volverse un movimiento social actuante, emergente y con la necesidad de jugar el papel de ser el principal opositor al régimen de MORENA en el país. Con la obligación de retomar las causas sociales y las demandas latentes de quienes le exigirán al nuevo régimen el cumplimiento de sus promesas de campaña.

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