IMPULSO/Julio Requena
Contra la esperanza, sólo la desesperanza
Hasta el momento, la campaña de AMLO ha caminado bien, pero falta la recta final, en la que el sistema cuenta con dos herramientas muy poderosas: la inmediatez y la duda. Es claro que lo que ha inflado a Morena es la esperanza de un país mejor, en mejores condiciones para poder progresar, lejos del abandono, la pobreza y con la atención adecuada a la población, sin corrupción ni impunidad.
Pero el enemigo más fuerte de la esperanza de un futuro mejor es la inmediatez, déjeme le explico, si yo le digo que en enero de 2019 le voy a dar 10 millones de pesos o que en mayo de este año le doy un millón, ¿usted qué prefiere? Seguramente muchos dirán que son mejores los 10 millones, pero la gente en general no piensa igual y dirá: a mí denme uno ahora, ése, dicen algunos, es el poder del aquí y el ahora.
Es obvio que no estamos hablando de dinero, de un beneficio o un regalo, sino del futuro del país, por lo que habrá que preguntarse si queremos ser felices ahora o dentro de un año de acuerdo a esa visión que utilizará el sistema para desanimarnos, porque para matar la esperanza está la desesperanza.
Morena tiene entonces que cambiar la ecuación y explicarle a la gente que se trata de elegir entre ser feliz en diciembre o seguir siendo infeliz otros seis años, no es posible ser feliz por unos meses y después sufrir el embate de la pobreza, de los gasolinazos o una vida más cara.
La siguiente herramienta del sistema para sembrar la desesperanza es la duda. Ustedes se acuerdan de la frase ‘estaríamos mejor con ya sabes quién’ que durante dos sexenios ha acompañado a las familias mexicanas al más clásico estilo del Hubiera. Ahora imagínese la duda: ‘Y si no pasa nada’, que tal si gana AMLO y el país no mejora? Qué tal si AMLO es presidente, pero la inseguridad sigue igual o peor, él gana pero sigue la corrupción, Andrés gana pero no hay más empleos.
¿Y si nada cambia?, podría argumentar el PRI o el Frente en lugar de tratar de impulsar a un candidato que no sube, en lugar de tratar de ganar un debate al que no va asistir AMLO, en lugar de tratar de tumbar al puntero en las preferencias, no sólo electorales, sino en la empatía social, donde reina la esperanza del cambio y la alternancia.
Así no van a ganar contra la esperanza del pueblo, sólo queda usar la desesperanza. ¿El PRI o el Frente tendrán las agallas para usar esa arma?