¿Administrar o liderar la universidad pública?
Julio Requena
Está por cumplirse el primer año del periodo de Alfredo Barrera Baca al frente de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y la mayoría de los universitarios y egresados de la máxima casa de estudios se pregunta cuál fue el factor determinante este primer año, cuál fue el eje rector de todo el trabajo, quién fue el protagonista de todo; hubo trabajos todo el año, a diario se informaba la agenda del Rector, la firma de convenios y los avances del ya conocido Potrobús. Usted, amigo lector, ¿con qué se queda?
Fue un periodo de impulso tajante a la docencia, a la investigación, a la ciencia, al prestigio académico, lejos de protagonismos políticos, personales, lejos de los reflectores para un solo hombre y de un brillo para toda una institución. Construir, cimentar, lo que será el rectorado de Barrera Baca, dirán algunos.
Otros prefieren valorar que se cumplió la palabra empeñada por el rector en su Plan de Trabajo “Universitarios con Propuesta” entregado a la comunidad universitaria en su postulación donde afirmaba que la UAEMex sería capaz de renovarse en la calidad a partir de sus propias cualidades. Alfredo Barrera decía que había una “generación comprometida y ávida de participar, frente a los retos que inventan el futuro”.
Sin duda, otros -quizá la mayoría- apoyen la idea de que el aspecto principal de este primer año fue la administración responsable, es decir, actuar con congruencia, sin despilfarrar recursos, tratando de aplicarlos de la mejor manera, sin contraer deudas excesivas, tratando de poner al corriente los pendientes financieros, gastando en la institución y no en la persona que ocupa la oficina central. Por primera vez se puso la institución al frente o por encima de todo.
Pero, ¿administrar es suficiente? Para el primer año sí. Para el resto del periodo es necesario liderar. Los siguientes tres años, la tarea debiera ser fortalecer el liderazgo de una institución. Sin liderazgo, administrar sólo es una rutina. La actuación responsable no debe entenderse solo cómo cuidar el legado durante este periodo hasta pasar la estafeta, sino mejorar lo que se va entregar.
A detalle: En su Plan de Trabajo ‘Universitarios con Propuesta’ 2017-2021, en el inciso 3.10, el rector Alfredo Barrera fijó su objetivo en materia de Comunicación Universitaria: “Fortalecer la relación con los medios de comunicación impresos y digitales, tanto locales como nacionales, respetando y escuchando con atención la crítica fundamentada que es consustancial al ejercicio periodístico, así como privilegiando la calidad de los contenidos que interesan a la sociedad, entre los cuales están los logros colectivos de investigadores, docentes, alumnos destacados y autoridades, todos los cuales aportan innovación y son fuente de interés”.
Así quedó marcada la directriz, trazado el camino -como dicen- para el ejercicio de la libertad de expresión en la máxima casa de estudios, en este momento y en todo el mandato al frente de la Rectoría. Bienvenida la crítica fundamentada, ésa que también impulsa a la autocrítica