Alberto Aziz Nassif
A cualquier gobierno, en estos tiempos de redes sociales e información que
circula 24 horas al día, le resulta muy difícil mantener niveles altos de
aprobación. Además, ante la condición de emergencia por los graves problemas de
violencia y feminicidio que tiene el país, se exigen resultados en el corto
plazo. Cuando no se generan cambios importantes, es muy difícil mantener alta
la aprobación.
AMLO había podido mantener buenos niveles de aprobación, a pesar de no tener
resultados sensibles, sobre todo por una falta de crecimiento económico y por
una violencia creciente. Pero, de pronto, algo importante pasó, el presidente
se desconectó del momento y del movimiento más importante en este momento, la
lucha feminista en contra de la violencia y del feminicidio, y perdió fuerza.
Prácticamente todas las encuestas públicas recientes que midieron la aprobación
del gobierno y del presidente apuntan hacia una baja importante entre marzo de
2019 y marzo de 2020: la aprobación en El UNIVERSAL (5/III/20202) pasó de 79.4
a 57.1%; en El Financiero (4/III/2020) bajó de 78 a 63%; en Reforma
(2/III/2020) fue de 78 a 59%, Buendía y Laredo de 72 a 62%.
Si AMLO se ha distinguido por tener un buen olfato político, parece que frente
al momento actual ha perdido sensibilidad. Este gobierno tiene un gabinete
paritario, con mujeres especialistas y enfoques de género, pero la centralidad
del presidente le quita fuerza a lo que él no apoya y enfatiza, y entre esas
causas no está la lucha feminista. Se quejó de las pintas a la puerta Mariana
del Palacio Nacional; dijo que no habría represalias laborales para el paro del
9 de marzo, pero el tiempo dedicado en la mañanera al problema del feminicidio
en comparación con el que ha dedicado a la venta-rifa del avión presidencial,
no tiene punto de comparación. Tan desconectado está del movimiento feminista
que estableció la venta de cachitos para el mismo día del paro de mujeres.
Después se disculpó y lo cambió, bajo el pretexto de que no se había acordado,
lo cual habla de la desconexión.
Si revisamos los datos de las encuestas hay datos interesantes que deberían ser
leídos con atención en el gobierno: en la encuesta de Buendía y Laredo aparece
que los sectores sociales que más se han desencantado son los jóvenes, los
universitarios y los usuarios de redes sociales; se percibe que los problemas
del país están rebasando al presidente; la buena imagen ha bajado en su base
más firme; y hay una parte importante de la sociedad, 31-32%, que ya considera
que “no podrá cumplir lo que prometió” para reducir la inseguridad y
la corrupción. En la encuesta de El Financiero hay un dato importante, ha
crecido la opinión negativa sobre las conferencias mañaneras.
Así, mientras AMLO sigue persiguiendo a sus adversarios, los conservadores y el
neoliberalismo, la ciudadanía sabe que la violencia ha empeorado, que hay
escasez de medicamentos y que no es suficiente lo que hace para combatir el
feminicidio. En la encuesta de El UNIVERSAL se pregunta si el presidente
mejorará, seguirá igual o empeorará y hace un año un 73% pensaba que mejorará,
hoy ya sólo 43.3% lo considera así, un 30.4% piensa que seguirá igual, y 24.5%
dice que va a empeorar, los cuales suman un 54.9%. Es alto para un gobierno que
lleva un poco más de 15 meses. Estos datos expresan que hay una reducción
importante de la paciencia ciudadana ante la presidencia.
Cuando los principales motores del discurso político de un gobierno, combatir
la corrupción, bajar la violencia, disminuir la impunidad y lograr una mejor
distribución de la riqueza, empiezan a perder verosimilitud, hay un riesgo de
que la falta de resultados lleve a una desaprobación mayor. Con estos datos
AMLO enfrenta quizá, su primera prueba de fuego importante, porque durante las
anteriores tenía tanta aprobación que estaba protegido de los cuestionamientos,
se le resbalaban. Hoy ese escudo se ha empezado a fracturar.
En suma: ¿se trata de una baja que expresa agotamiento y seguirá la caída o es
sólo un mal momento y se recuperará? Tal vez estamos frente a dos escenarios en
las próximas semanas: seguir igual o rectificar…
Twitter: @AzizNassif