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De la alternancia a la transición democrática

Gabriela Cuevas

En 1994, acudí por primera vez a una reunión del Partido Acción Nacional, la mayoría de los asistentes eran jóvenes con el anhelo de luchar contra la injusticia que condena a millones de niños y niñas a vivir en la pobreza.

Nos unía la vocación democrática y los sueños de cambio. Confiaba en su ideal democrático y en la urgente necesidad de construir un México más solidario. Mi inspiración fue el humanismo y mi guía el bien común para toda acción pública.

Me afilié al PAN con la decisión de transformar la realidad política y enfrentar el enorme reto de la desigualdad. En ese momento, nuestra meta era la democratización de México: un anhelo de libertad y justicia.

Durante el proceso electoral del año 2000, coordiné la campaña para los jóvenes de Vicente Fox. Logró unir voces de distintos pensamientos y expresiones en una sola causa: sacar al PRI de Los Pinos. Académicos, políticos, deportistas, artistas, luchadores sociales, miles de ciudadanos convertían el “hoy, hoy, hoy” en un mantra de campaña.

Lo que definió la victoria para Vicente Fox y la posibilidad de lograr el primer Gobierno de la alternancia fue precisamente la inclusión.

Después de 18 años de gobiernos de alternancia, lo tengo claro: no fue suficiente, no logramos cumplir con los anhelos de inclusión, pluralismo y desarrollo. Debemos acelerar las transformaciones y construir una verdadera transic

El reto hoy es pasar de la alternancia partidista a una verdadera transición democrática.

Recientemente, anuncié mi apoyo al movimiento plural al que ha convocado Andrés Manuel López Obrador. Lo hago convencida de que el mejor camino para México se encuentra en la reconciliación, en el diálogo público que acepta y reconoce las diferencias como un proceso para crear gobiernos más incluyentes, más plurales y más democráticos.

Hace trece años, cuestioné y confronté a López Obrador; mucho ha cambiado desde entonces. El mundo se ha reconfigurado y nuestro país es muy distinto, hace trece años, vivíamos el primer gobierno de la alternancia.

El tiempo también nos brinda claridad: durante 2004, se llamaba populista a quien inició un programa social para apoyar a los adultos mayores, poco después esa misma oposición convertía ese programa en una política pública federal.

Hace apenas un par de años, por mandato constitucional, el Gobierno de la República entregaba televisiones de manera gratuita. ¿Dónde queda entonces la referencia al populismo? Con un mínimo de congruencia, sería difícil aventar piedras.

Sí, he cambiado de opinión, hace trece años, me peleaba contra alguien a quien ni siquiera había conocido personalmente.
Por otro lado, considero importante una reflexión que no puedo dejar de lado.

Si no es la democracia el régimen en el que podemos formar, expresar o modificar una opinión, ¿en qué régimen vivimos? La primera ocasión en la que una persona puede acudir a votar en nuestro país es a los 18 años, ¿acaso el partido al que destine su primer voto será el mismo partido al que deba dedicar todos y cada uno de los votos durante su vida? ¿Debemos permanecer idénticos e inmutables durante toda nuestra vida?

Me despido del PAN con gratitud, con el corazón feliz por las amistades con las que crecí y compartí 23 años de mi vida. Agradezco que, para esta elección, el PAN no me cerró las puertas y podía haber competido en mi distrito, en el que la comunidad de Miguel Hidalgo siempre ha confiado en mí. Sin embargo, no es un distrito lo que está en juego en esta elección, sino el futuro de México.

En esta elección, lo que debemos decidir es si mantenemos el México de la alternancia partidista o si trabajamos por el México de una verdadera transición democrática. Tomé mi decisión, mi propósito es persistir en la lucha por una democracia más justa y más libre en nuestro país. Hoy es tiempo de reconciliación, inclusión, libertades y pluralismo.

Twitter: @GabyCuevas

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