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Rusia
Un terrorista suicida de origen kirguís perpetró el atentado del lunes contra el metro de San Petersburgo, cuyo saldo mortal ascendió hoy a catorce muertos, en lo que el Kremlin calificó de “desafío” para el presidente ruso, Vladímir Putin.
“La investigación ha establecido la identidad del hombre que perpetró la explosión en el vagón del metro de San Petersburgo. Se trata de Akbarzhon Dzhalílov, nacido el 1 de abril de 1995”, informó Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia.
Dzhalílov, de 22 años, es oriundo de la república centroasiática de Kirguistán, pero recibió en 2011 la ciudadanía rusa y, de hecho, residía desde entonces en la antigua capital zarista, donde trabajaba como mecánico.
Según se desprende de los análisis genéticos y las imágenes de las cámaras de seguridad, Dzhalílov fue también el que colocó un segundo artefacto explosivo en otra estación del metro, “Ploschad Vosstania”, que fue desactivado a tiempo por la policía.
Al parecer, al bloquear las autoridades la conexión telefónica en el metro tras la primera explosión, los terroristas no pudieron activar la segunda bomba por control remoto.
Medios locales informaron de que en las inmediaciones del fatídico tercer vagón siniestrado se había encontrado la cabeza del terrorista suicida que llevaba los explosivos adheridos a su cuerpo.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ya había asegurado que se barajaba la posibilidad de que el atentado hubiera sido cometido por un kamikaze, como ocurriera en los perpetrados en 2010 por “viudas negras” en el metro de Moscú, donde murieron 34 personas.
Los servicios secretos de Kirguistán fueron los primeros en dar la alarma esta mañana y, de hecho, los padres del presunto terrorista suicida, un uzbeko étnico, fueron hoy interrogados en la ciudad kirguís de Osh.
Precisamente, este asunto fue abordado hoy en Moscú por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su colega kirguís, Erlan Abdildáev, quien condenó firmemente el acto terrorista.
Aunque Abdildáev consideró prematuro asegurar que dicho terrorista sea miembro del grupo yihadista Estado Islámico, la prensa rusa informó de que la policía está investigando a sus amigos y conocidos para esclarecer cuándo fue reclutado para cometer el atentado y dar con sus cómplices.
En cuanto a los motivos, Lavrov aseguró que es “cínico” calificar el atentado de “venganza” por la intervención rusa en Siria en favor del régimen de Bachar al Asad.
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— Эхо Москвы (@EchoMskRu) 3 de abril de 2017
“El terrorismo es un crimen contra toda la humanidad y contra todas las religiones”, dijo el ministro ruso, quien llamó a aunar fuerzas contra el terrorismo internacional y dejar de utilizar a grupos terroristas para lograr réditos políticos.
El Estado Islámico ya acabó con la vida de 217 turistas rusos al volar por los aires un avión de pasajeros poco después de que despegara de Egipto en octubre de 2015, poco después del inicio de la intervención aérea rusa en el país árabe.
Los expertos consideran que, aunque nadie ha reivindicado aún el atentado, éste se enmarca en la serie de ataques yihadistas contra otras ciudades europeas, sea en Francia, el Reino Unido, Alemania o Bélgica.
El Kremlin admitió hoy que el atentado es un desafío para el pueblo ruso y para el presidente, y que el hecho de que ocurriera en el momento en que Putin se encontraba en la ciudad “da que pensar” y es algo que debe ser analizado detenidamente por los servicios secretos.
Sea como sea, Peskov subrayó que las autoridades rusas seguirán redoblando la lucha contra el terrorismo y recordó la “muy firme postura” de Putin a la hora de combatir esa lacra desde que llegara al poder en 1999, cuando lanzó la segunda guerra chechena.
Recordó que “Rusia, al igual que otros países, se encuentra en la primera línea de la lucha contra el terrorismo internacional” y que “ningún país en el mundo ha podido hasta ahora en solitario derrotar al terrorismo”.
El portavoz del Kremlin destacó que el presidente de EEUU, Donald Trump, llamó el lunes por teléfono a Putin para ofrecerle sus condolencias y manifestar su solidaridad con el pueblo ruso.
Además, Putin acordó hoy impulsar la cooperación antiterrorista y activar el intercambio de información entre servicios secretos durante la conversación telefónica que mantuvo con la canciller alemana, Angela Merkel, y su colega francés, François Hollande.
Según el Ministerio de Sanidad, medio centenar de personas aún se encuentran ingresadas en hospitales de San Petersburgo con heridas y quemaduras de diversa consideración.
En prevención de nuevos atentados, las autoridades han declarado la alerta terrorista y han reforzado las medidas de seguridad en toda la ciudad, donde varias estaciones fueron cerradas momentáneamente tras sendos avisos de bomba.
Mientras, en Moscú se podían ver patrullas con perros policía a la entrada de edificios públicos, aeropuertos, estaciones de metro y de autobús, al igual que en céntricas plazas y parques. (Terra)