IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La Gran Mancha Roja de Júpiter es uno de los íconos del Sistema Solar. Una enorme tormenta de 16.000 kilómetros de diámetro, más de dos veces el tamaño de la Tierra. Hoy el hombre estará más cerca que nunca de ella para investigarla a fondo.
La sonda Juno la sobrevolará a unos 9.000 kilómetros de distancia e intentará develar cómo funciona.
Júpiter es el planeta más viejo y más grande del Sistema Solar. “Un mundo complejo, gigantesco y turbulento”, como lo describieron los científicos. Su famosa mancha es, con los anillos de Saturno, una de las imágenes más populares del Sistema Solar. Se estima que existe hace unos 350 años. Los telescopios las observan en forma continua desde 1830.
El acercamiento de la sonda Juno, de la NASA, será parte del sexto sobrevuelo por encima de las nubes de Júpiter.
Según informaron fuentes de la agencia aeroespacial, está previsto que esta nave no tripulada se ubique a apenas 3.500 kilómetros sobre las nubes superiores del planeta. Le tomará otros 11 minutos posicionarse justo sobre la gran tormenta, aunque a una mayor altura.
Juno despegó en 2011, desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida. El viaje le llevó 5 años y 11 meses. Es una misión presupuestada en 1.100 millones de dólares. Los objetivos son investigar los orígenes, la estructura y la evolución de la atmósfera de Júpiter, y detectar la posible presencia de agua.
La aproximación a la mancha icónica marcará un hito. Prácticamente coincide con un aniversario de la misión. El 5 de julio de 2016, la NASA anunció que el día anterior la sonda había entrado en la órbita de Júpiter.
Técnicamente, la mancha es un vórtice anticiclónico, una zona de altas presiones. Algo así como un inmenso remolino que completa un giro en seis días terrestres y que en su periferia tiene vientos de hasta 400 kilómetros por hora.
Como es una formación en movimiento, hay algunas variaciones sobre el tamaño y el color, que a veces es más fuerte y a veces más apagado. No está del todo claro el motivo del tono rojizo, pero los científicos piensan que puede deberse a un interacción de la radiación solar y unos gases que sube desde la atmósfera inferior del planeta.
La misión de Juno es apoyada desde la Tierra con dos telescopios del observatorio de la cima del volcán inactivo Mauna Kea, en Hawai. Para investigar a fondo la mancha, la sonda usará ocho instrumentos, entre ellos un radiómetro a microondas, un espectrómetro, un magnetómetro y un detector de partículas magnéticas.
Juno se autodestruirá en 2018, según está planeado. Si todo funciona como se espera, hoy marcará un nuevo hito de la exploración espacial. (Tiempo de San Juan)
