Agosto 15, 2024
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Irán-EU y China-EU: geopolítica en el entorno de Covid

Mauricio Meschoulam

Analista internacional

El mundo probablemente está cambiando, pero no necesariamente todo lo que muchos piensan, y no en todos los ámbitos. En uno de éstos, el geopolítico, lo más importante es decir que los conflictos que preexisten al Covid, siguen ahí, mostrando su faz, a momentos pausando a causa de la crisis que se vive, a momentos exhibiendo adaptaciones a las nuevas circunstancias, y a momentos intensificándose justamente a raíz de esas circunstancias. Me concentro en dos casos: Irán-EU y China-EU.

Es verdad que Trump se encuentra en campaña en un momento muy complicado. No es casual que busque retomar el tema de la inmigración, la mayor preocupación para el electorado estadounidense, al menos antes del Covid. Además pretende reorientar la conversación sobre las responsabilidades por la pandemia y sus consecuencias, lo que ha incluido culpar a la OMS por su mal manejo de la crisis, o bien, atacar directamente a Beijing por permitir la propagación del virus o lanzar tuits contra Irán. No obstante, ambas confrontaciones —EU-China y EU-Irán— rebasan la política interna. Como parte de la protección de intereses que considera vitales, Irán ha intentado desde hace años incrementar su posicionamiento e influencia regional. Esto ha propiciado choques frontales con diversos aliados de EU. Pero la decisión de Trump de abandonar el pacto nuclear que Irán había firmado con seis potencias y la UE, y reactivar las sanciones económicas contra Teherán, intensificó esos choques. Los factores que han propiciado esa dinámica conflictiva, siguen todos ahí. Hoy, ambos países buscan enviarse el mensaje de que están dispuestos a defender sus intereses a pesar de la pandemia y la crisis, y que mantienen la determinación para enfrentar al rival con cuanto sea necesario.

En el caso de China, también recordar que hay una dinámica conflictiva activada desde hace años. Esta confrontación se ha manifestado en rubros como el comercial, el tecnológico, el espionaje, la ciberguerra o la guerra de información, así como en la esfera militar, lo que incluye la carrera armamentista o la expansión de China en sus mares colindantes. Estos factores siguen todos presentes y rebasan con mucho a la campaña política de Donald Trump. Lo que hemos visto en estas semanas son apenas algunas señales que muestran lo candentes que se encuentran varios de los asuntos mencionados. Hace pocos días, Beijing en una práctica que se ha vuelto cada vez más común, anunció que había establecido formalmente dos nuevos distritos en el Mar del Sur de China, lo que incluye varios islotes y arrecifes ubicados en aguas que son disputadas por sus vecinos. La respuesta de Washington no se hizo esperar, algo que también se ha vuelto común. Varios buques de guerra estadounidenses ingresaron en dichos mares desafiando a Beijing mediante una más de las denominadas “expediciones de libertad de navegación” de EU. Esto viene acompañado de la guerra de culpas y la guerra informativa que se ha suscitado a raíz de la pandemia.

Bajo las circunstancias del Covid, podríamos decir que: (a) ambas potencias han salido indiscutiblemente afectadas; (b) en ese entorno, es natural pensar que cada una buscará aprovecharse de las debilidades de su rival y sacar las mayores ventajas de la situación; (c) sin embargo, debido a que los desenlaces para ambas son aún demasiado inciertos, las dos superpotencias se mantienen enviándose mensajes de fuerza y determinación, con el objeto de que no se malentienda a éste como un momento de distracción y se concluya que alguna de las dos está bajando la guardia.

@maurimm