IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
México captó menos Inversión Extranjera Directa (IED) como porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) que Brasil y Chile, pero atrajo más que los países asiáticos, de acuerdo con información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
La inversión extranjera es un catalizador del desarrollo económico de un país y representa una fuente de generación de empleo y transferencia de tecnología, destacó el reporte dado a conocer este jueves.
La economía mexicana recibió 14 mil 385 millones de dólares por inversión productiva durante el primer semestre de este año, lo que equivale a 2.7% de su PIB.
Al mismo tiempo, la economía brasileña, la más grande de Latinoamérica, captó 28 mil 938 millones de IED y corresponde a 3.3% de su tamaño, mientras la chilena atrajo el equivalente a 5.7% de su PIB.
Significa que México fue superado por ambos países latinoamericanos, de acuerdo con la inversión recibida por el tamaño de cada economía.
La inversión fue menor en Asia y África, pues mientras Rusia e Indonesia captaron IED que supone 1.5% del PIB de cada país, en Sudáfrica y Corea del Sur la entrada representó menos de un punto porcentual.
El organismo que encabeza José Ángel Gurría registró flujos de IED por 793 mil millones de dólares en todo el mundo durante el primer semestre, una disminución de 5% con respecto al periodo similar del año pasado. Estados Unidos fue la nación que recibió más inversión extranjera, al captar 254 mil millones y representó 2.7% de su PIB.
China registró una entrada de 75 mil millones, la segunda mayor, pero equivalió a sólo 1.3% del tamaño de su economía, seguida de Reino Unido con 72 mil millones.
Inversión en el exterior. Los mexicanos invirtieron en el exterior 3 mil 304 millones de dólares en la primera mitad del año (0.6% del PIB), menos de la mitad que hace un año, cuando entonces enviaron 7 mil 609 millones (1.4% del PIB), según la OCDE.
Los países que realizaron una mayor inversión extranjera fueron Estados Unidos con 185 mil millones (2% de su PIB), por delante de China con 121 mil millones (3.2% de su PIB).
La OCDE considera que las políticas nacionales y la estructura de las inversiones internacionales son determinantes para que la IED llegue a más países emergentes y para que se transforme en desarrollo.
Expone que los países receptores tienen que establecer políticas transparentes, amplias y eficaces que propicien un clima adecuado para la inversión, lo que puede “desencadenar un desbordamiento de la tecnología, ayudar a la formación de capital humano y contribuir a la integración en el mercado internacional”.
Agregó que la IED ayuda a la competencia en los negocios y acrecentar el desarrollo de las empresas.