Ricardo Homs
Lo que se debe esperar de un proyecto político que vendió a todo México
“esperanza”, es que ahora que gobierna, su actitud sea solidaria ante
el sufrimiento y dolor que viven todas las víctimas de la delincuencia.
Solidario también ante el dolor de las familias de niños enfermos de cáncer,
así como el que sufren las comunidades campesinas que son desplazadas de su
hogar por la delincuencia organizada del Estado de Guerrero para quedarse con
sus tierras, de los microempresarios que son acosados por la delincuencia
organizada por el cobro del “derecho de piso”, de las familias
centroamericanas que han sido engañadas por alguien en su país de origen para
que en caravanas lleguen a México a enfrentar riesgos. Esperaríamos una actitud
sensible y solidaria ante las tragedias que viven otros tantos grupos sociales,
hoy en posición vulnerable.
Sin embargo, las respuestas gubernamentales se han caracterizado por ausencia
de sensibilidad frente al dolor humano… igual que sucedió con los gobiernos
anteriores, hoy denominados conservadores y neoliberales. La sensibilidad
social se vincula con problemáticas grupales que se resuelven con respuestas
políticas, como las que hay. Sólo la sensibilidad humana puede dar respuestas
al dolor personal y familiar.
Como ejemplo podemos tomar la forma en que fueron recibidos en el Zócalo de la
Ciudad de México los integrantes de la “Marcha por la verdad, la justicia
y la paz”, que encabezan el poeta Javier Sicilia y los hermanos LeBarón.
¿Por qué las autoridades toleraron la actitud agresiva de los esbirros que
agredieron físicamente y con insultos al contingente de familiares de víctimas
de la violencia?
El silencio de la CNDH frente a este entorno de descalificación y falta de
respeto a las víctimas de la delincuencia por parte de las autoridades, es de
llamar la atención.
La titular de la CNDH está más preocupada por generar ahorros en la operación
cotidiana de la CNDH, que por defender a familiares de víctimas y a las mismas
víctimas, cuando estas son ignoradas o hasta descalificadas verbalmente por las
autoridades que debiesen protegerlas.
Cuando se filtraron las posibles iniciativas que se pretendían enviar al
Congreso para modificar el Código Penal, en materia de seguridad y justicia,
con las cuales se podría convertir a un sospechoso en presunto culpable que
tendrá que demostrar su inocencia mientras está en arraigo, así como otras
condicionantes violatorias de derechos humanos, la CNDH pareció voltear hacia
otro lado y su silencio le convierte en cómplice de las autoridades, pues la
presunción de autonomía queda destrozada frente a la cruda realidad.
La ley de extinción de dominio, tal y como fue instrumentada, es totalmente
violatoria de los derechos humanos más elementales, pues primero convierte en
delincuente al presunto culpable, le confisca sus bienes y los remata y sólo si
después resulta ser inocente, le devuelve migajas.
Se esperaba una visión de gobierno humanista. En contraste, se percibe una
actitud defensiva y reactiva por parte de las autoridades frente a las
exigencias ciudadanas de justicia. Se descalifica a las víctimas y sus familias
si exigen atención y soluciones.
Parece ser que todo debe pasar por el filtro del combate a la corrupción para
que este gobierno fije una postura. El reclamo y la descalificación están
siempre a punto de externarse como respuesta al primer intento de disentir por
parte de algún miembro de la sociedad civil o de alguna institución ciudadana.
México desde siempre ha sido un país dolido, donde las injusticias son
cotidianas en todos los ámbitos. Si en la política “la forma es
fondo”, la actitud gubernamental insensible ante el dolor de las víctimas
de la violencia, muestra un rostro que contradice todo lo prometido en campaña.
Sin embargo, el mexicano es un ser generoso, dominado por “las ganas de
creer” de que aún hay esperanza de que el viento algún día sople a su
favor. Por ello las altas calificaciones siguen otorgándose a este gobierno.
¿Será mucho pedir un poco de sensibilidad ante el dolor derivado de la tragedia
humana?
¿Usted cómo lo ve?
Twitter: @homsricardo