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Injerencias extranjeras

Manuel Bartlett

Rex Tillerson, secretario de Estado estadounidense, inició gira latinoamericana en México.

Reunido con los secretarios Videgaray y la canadiense Freeland, en conferencia de medios Tillerson y Videgaray respondieron preguntas.

Sobre el chantaje de Trump de “legalizar migrantes mexicanos (Dreamers) a cambio del muro”; Videgaray: “es decisión de EU”.

Sobre la lucha contra grupos criminales, Videgaray: es sólo “cooperación”; Tillerson: “hemos tenido reuniones en Washington con militares y servicios de inteligencia mexicanos para discutir… las áreas que necesitan más atención”… en México.

Sobre agentes estadounidenses armados en vuelos México-EU, Videgaray: silencio; Tillerson: “tenemos marshalls (armados) en vuelos en EU”, ¿lo impondrán en vuelos a México, violando nuestra soberanía?, nuevo silencio de Videgaray.

Sobre posible ataque militar de EU a Venezuela, Videgaray: “el secretario Tillerson responderá”; Tillerson: “nos gustaría ver una transición pacífica” —habiendo dicho al anunciar este viaje: “muchas veces el ejército es el agente del cambio, cuando las cosas están mal”.

Sobre pregunta: “¿hay evidencia de que habrá interferencia del gobierno ruso en México como la hubo en las elecciones de EU?”, Videgaray: silencio; Tillerson: “tienden tentáculos en varias elecciones en todo el mundo… Mi consejo sería: México debe prestar atención”.

No menciona la “interferencia rusa” en las elecciones estadounidenses. Prácticamente todos los medios nacionales al día siguiente cabecearon “interferencia rusa en México”, repitiendo el grotesco ataque contra López Obrador —ridiculizado por el pueblo de México—, diluyendo lo realmente importante de la visita Tillerson.

Un día antes —1º de febrero— tres senadores del Comité de Relaciones de esa Cámara, el republicano Marco Rubio y dos demócratas, enviaron carta a Tillerson: “al prepararse para ir a México, le escribimos para instarle a que eleve la importancia de sistemas electorales fuertes en México y Latinoamérica… profundamente preocupados —dicen ellos— por recientes noticias en ‘artículos’ sobre Rusia utilizando tecnología sofisticada para intervenir en la próxima elección en México”.

Refiriendo comentarios de asesor en seguridad nacional de la Casa Blanca (McMaster): “existe un esfuerzo sofisticado —de Rusia— para polarizar a sociedades democráticas y confrontar sus comunidades”.

Instan al gobierno estadounidense para que “continúe jugando un papel activo en fortalecer los sistemas electorales americanos”, a través de la United States Agency for International Developed (USAID), agencia señalada hasta por el “New York Times” como brazo operativo de la CIA para intervencionismo estadounidense en todo el mundo.

Admiten —como Tillerson— mencionar la investigación del FBI sobre posible intervención rusa en la elección en favor de Trump.

El mismo 1º de febrero, el Departamento de Estado (EU) informó que la gira de Tillerson tenía como propósito: “comprometer a socios regionales para promover un hemisferio seguro, próspero, energéticamente seguro y democrático”; en México: “se reunirá con… Peña Nieto, Videgaray y otros altos funcionarios para discutir la asociación de EU-México en una variedad de prioridades bilaterales, regionales y globales”.

La carta senatorial, el boletín del Departamento de Estado y las palabras de Tillerson, son usadas como “propaganda negra” contra López Obrador, vinculándolo con los rusos sin prueba alguna, ignorando que la “rusificación electoral” es investigada en EU, pero la endilgan a México, sin relación alguna, lo que es ridícula burla.

Pero —eso sí— demuestran la injerencia del gobierno estadounidense en México, ante al silencio vergonzoso de Peña, con Videgaray afirmando: “estamos comprometidos con Trump”; y el silencio de Meade y Anaya sobre el evidente intervencionismo estadounidense.

Al contrario, López Obrador en la Puebla de la batalla anti-intervencionista del 5 de mayo, afirmó: “confió en que Tillerson actué de manera responsable, que no intervenga en asuntos que sólo competen a México… ningún gobierno debe intervenir en los procesos electorales del país, sólo los mexicanos decidirán”.