IMPULSO/Miguel A. García
Toluca
El panorama económico para el 2018 es poco alentador para las familias, toda vez que se mantendrá la tendencia que arrojó el cierre del año pasado con inflación en los precios de productos básicos y el alza de los combustibles que ya se registra.
A decir de Miguel Ángel Diaz Carreño, investigador de la Facultad de Economía de la UAEM, esto deriva del poco o nulo impacto que han tenido la serie de reformas estructurales que alentó este gobierno, principalmente la energética, que ahora con la liberación de los precios sólo estabilizó el precio de los combustibles al alza.
Este escenario negativo se manifestará en el inicio de este 2018, “pues venimos de una inflación récord del siete por ciento y en el arranque del año ya comenzamos a ver alzas en los combustibles, con el consecuente aumento en el resto de los productos en los próximos días”.
“En la actualidad, lamenta, un trabajador requiere de cuatro días de jornada laboral para comprar un tercio de la canasta básica, que podía obtener el mismo trabajador hace tres décadas por un solo día; hoy se gana una tercera parte de lo que obtenían los trabajadores en el México de los 90.”
La dilapidación del salario, reprocha, tiene un responsable: “el aumento de los precios”, es decir, la inflación que se come a casi dos terceras partes de la población que gana dos o tres salarios mínimos.
“No se ve cómo pueda detenerse [la espiral inflacionaria], es difícil tener mejores expectativas porque, en buena medida, el nivel de ingreso de la población está amarrado son condiciones que se mueven en cinco o diez años; la tendencia actual es negativa porque no hay una transición o no se ve un cambio estructural”, explicó el académico.
Ante la presente proyección económica en este 2018, el investigador llama a la población a tener cautela, ahorrar, no hacer gastos innecesarios y cuidar su empleo, pues la tendencia de aumentos en los últimos meses se mantendrá.