IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Ante la posibilidad de que el gobierno estadounidense impida la entrada de acero de importación aludiendo razones de seguridad nacional, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) pidió al Departamento de Comercio de ese país que se excluya a Canadá y a México de esas limitaciones, por la integración regional vigente.
A través de una carta, el presidente de Canacero, Guillermo Vogel, explicó que el Tratado de Libre Comercio de América el Norte (TLCAN) es una “fuente de fortaleza y seguridad y no de debilidad ni de amenaza”.
Incluso, “EU registra desde 2012 un superávit comercial de productos terminados de acero por un millón de toneladas y la tendencia se mantendrá en 2017”, explicó, de acuerdo con lo observado en el primer trimestre del año. Estados Unidos es uno de los principales proveedores de México, al suministrar 30% de las importaciones totales, además de tener un superávit comercial con México en materia prima para la elaboración de acero, entre otros conceptos.
A fines de abril pasado, el presidente Donald Trump pidió al Departamento de Comercio iniciar una investigación en la que se determinara si la importación de acero perjudica o vulnera la seguridad nacional, a lo que se le define sección 232.
También en respuesta a la posibilidad de que se le impongan barreras a la importación de acero mexicano, el director de la Canacero, Salvador Quesada, dijo que “estamos preocupados de que México se incluya en la 232 y esperaríamos que si así fuera, cerrar de igual forma nuestras fronteras para que las importaciones que ya no podrán entrar a Estados Unidos no lleguen acá”.
Para la cámara son más que evidentes los resultados del TLCAN, porque el comercio de productos acereros entre Canadá, Estados Unidos y México se duplicó. Además, se cuenta con un intercambio comercial complementario y que va de un país a otro dentro de la región. Por ejemplo, “97% del acero canadiense se exporta a EU y México, y 90% de las exportaciones estadounidense se envían a Canadá y México, mientras que 76% de las ventas al exterior de acero mexicano se envían a los mercados canadiense y estadounidense”.
El 88% del contenido de las exportaciones acereras de América del Norte es regional, lo que permite que no paguen aranceles al comercializarse en esta zona, una situación que es “crítica” para las industrias más exitosas.