Diciembre 26, 2024
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INAH da esplendor al Camarín de la Virgen de Loreto

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
El proyecto de intervención arquitectónica del Camarín de la Virgen de Loreto, en el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, devolvió después de tres años los tesoros que resguarda en su interior.
Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó durante la inauguración que las piezas restauradas son resultado de una plausible suma de voluntades y esfuerzos de diversas instancias, especialmente de la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado de México.

El titular del INAH indicó que la principal razón para emprender la restauración del camarín fue la urgencia de corregir el severo problema de humedad en su interior, que se debía al pavimento de concreto que servía de base al empedrado de la explanada exterior, por lo cual fue retirado en su totalidad.
Agregó que el material impedía la evaporación natural proveniente del subsuelo y ocasionaba que el inmueble se comportara como una válvula de alivio por donde salía toda la humedad, causando muy altas temperaturas que alteraban los bienes culturales alojados ahí.
Detalló que, al realizar el estudio de los restos de policromía y esgrafiados en las fachadas, los restauradores descubrieron que contaban con la información suficiente para restituir la gama cromática y los patrones de diseño que decoraban el inmueble, así como la recuperación integral de la crestería de palmetas que rematan cada cuerpo de la doble cúpula del camarín, por lo cual ahora va recuperando su esplendor y lectura original.

Resaltó que, además de la atención del monumento virreinal, la arqueóloga Josefina Gasca Borja realizó rescates arqueológicos en la zona aledaña, donde registró el hallazgo de basamentos, entierros y una gran variedad de material cerámico que reafirman el origen prehispánico de Tepotzotlán.

Rosalinda Elizabeth Benítez González, secretaria de Turismo del Estado de México, agradeció el apoyo del INAH brindado a través de sus coordinaciones nacionales y apuntó que la inversión en este proyecto fue de entre ocho y nueve millones de pesos.

Durante los trabajos de intervención se logró recuperar la iluminación natural al interior del camarín, mediante la colocación de ventanas de vidrio que retoman el diseño de las que existían antes de la intervención de la década de los sesenta en la que fueron colocados los alabastros que al oxidarse impedían el paso de luz, explicó el arquitecto Ricardo Peza, encargado de la ejecución de los trabajos.

Destacó que se cumplieron los objetivos establecidos, y hoy se ha recuperado la estabilidad de todos los bienes que se resguardan al interior del camarín, restaurándose ocho retablos de madera tallada y dorada, ocho pinturas de Miguel Cabrera, tres mil 900 mosaicos de talavera y cerca de 300 metros cuadrados de estuco, entre otros trabajos.
El proyecto se sustentó en un profundo diagnóstico que inició en 2010, cuando se empezó a estudiar la problemática de inestabilidad del espacio.

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