La arquidiócesis de Toluca se sumó a la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, y canaliza recursos a favor de quienes cruzan por el Estado de México
Guadalupe Rosas Suárez/
Frente a las impactantes imágenes del drama que viven los migrantes, la iglesia católica de Toluca, desde una “voz profética”, demandó que cesen las injusticias, vejaciones y matratos contra ellos; además pidió a los feligreses no sólo tenerlos en sus oraciones, sino que la limosna de este domingo 26 de septiembre fuera más generosa para canalizarla a favor de migrantes y refugiados.
El arzobispo Francisco Javier Chavolla Ramos instruyó a los presbiteros encargados de las 180 parroquias y rectorías que existen en la Arquidiócesis de Toluca,que la limosna y ofrendas de todas las celebraciones litúrgicas sea destianada para ayudar a los migrantes.
De esta forma, la arquidiócesis de Toluca se sumó a la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, con la cual la iglesia católica manifiesta su preocupación por las personas vulnerables en movimiento; reza por ellos mientras enfrentan muchos desafíos; y para sensibilizar sobre la importancia de no discriminarlos o maltratarlos.
En ese sentido, monseñor Chavolla subrayó que los migrantes y desplazados “no son números, sino personas” y la precariedad que muchos han vivido con la pandemia de Covid-19 representa un elemento constante en la vida de los desplazados, por lo que los migrantes nos “dan la oportunidad de encontrarnos con Dios”.
En Toluca, se tiene un comedor en la parroquia del Perpetuo Socorro, el sacerdote encargado es José David Martínez, quien con un grupo de personas realizan el apostolado de brindar alimentos, ropa y hospedaje a los migrantes de diversos países, estados o municipios, quienes se encuentren en una condición vulnerable pueden recibir ayuda humanitaria.
Esta jornada pro migrante tiene como propósito fundamental sensibilizar y recaudar fondos a favor de obras pastorales para los migrantes. Su lema de este año es: “Hacia un nosotros cada vez más grande”.Desde 1914, se celebra el último domingo de septiembre y se incorporó en el calendario de las celebraciones de la Iglesia Católica durante el pontificado de Benedicto XV a pedido de la Congregación Consistorial, que estaba preocupada por el gran flujo migratorio en diferentes regiones del mundo.
En Toluca, se tiene un comedor en la parroquia del Perpetuo Socorro, el sacerdote encargado es José David Martínez, quien con un grupo de personas realizan el apostolado de brindar alimentos, ropa y hospedaje a los migrantes.
