IMPULSO/Patricia López Vences
Toluca
Ante el fenómeno de migración, la Iglesia Católica mexicana cuenta hasta el momento con 75 organizaciones dirigidas por personas cercanas a ella, albergues, comedores, centros de apoyo, parroquias, módulos de atención, dispensarios médicos, divididas en la frontera norte, sur y centro, para atender a todos los indocumentados que pasan por esta nación para llegar a Estados Unidos.
Las casas católicas de migrantes de la frontera norte surgieron por una preocupación de apoyar en sus grandes necesidades a tantas personas que se encontraban desamparadas, resaltó el presbítero Alfonso Miranda, quien lamentó que los migrantes sean objeto de abusos en la búsqueda de alcanzar la esperanza de una vida nueva.
Actualmente, se cuenta con 38 casas que están en la franja del norte, donde misioneros escalabrinianos ofrecen un lugar seguro donde dormir desde 1985, mientras que en el sur hay 25, aunque tardaron en abrir, pero con ayuda humanitaria se está prestando ese apoyo.
En el centro de México, se cuenta con 12 casas de migrantes en respuesta a las necesidades más apremiantes. Así, las casas migrantes católicas son pioneras en brindar generosidad y amor por la gran sensibilidad hacia los fieles y a la sociedad en general.
Hay módulos de atención al migrante deportado que tienen como función principal dar acogida desde que descienden del autobús que los trae de regreso a México, además de brindar ayuda para trámites legales, alimento y ropa; son 13 las casas registradas que se dedican a esta actividad.
Hay albergues para mujeres y niños mayores de trece años, en estas casas, socorren a las familias para que se reencuentren con sus hijos. Trabajan en colaboración con organismos como el DIF y la Federación de Asociaciones Cristianas de Jóvenes de la República Mexicana. No obstante, faltan esfuerzos pastorales para compensar la demanda existente, ya que solamente son cinco casas.
Se cuenta con 75 comedores, pues todas las casas entregan ayuda alimentaria a los migrantes. El impacto que tienen es enorme, llegando a atender en un día a más de 800 personas con la aportación de la divina providencia y la generosidad de los más pobres, quienes muestran solidaridad hacia los que sufren más que ellos.
Igualmente, se tienen dispensarios Médicos, en ellos, dan atención médica inmediata y oportuna a los migrantes con alguna lesión o enfermedad, así como medicamentos.
Hay albergues para hombres y mujeres mayores de dieciocho años, son 48 las casas para migrantes adultos y representan el porcentaje más grande de casas; de esas 48, 12 sólo permiten la estancia de mujeres, les brindan hospedaje desde 24 horas y hasta una semana, según sea el caso.
Por consideraciones que apelan al tiempo en que una persona es considerada migrante o no, el mayor periodo que pueden permanecer en un albergue bajo el estatus de migrante son cuatro meses.
Dadas las circunstancias, muchas casas operan las 24 horas del día, los 365 días del año y atienden desde 15 y hasta 300 migrantes al día. Solamente los comedores, dispensarios médicos y módulos de atención al migrante deportado tienen horarios más acortados.
Numerarias
24 horas al día operan las casas del migrante en el país, las cuales atienden desde 15 hasta 300 migrantes por día. 48 casas para migrantes adultos y representan el porcentaje más grande de casas, pero de esas 48, 12 permiten la estancia de mujeres.