Julio 16, 2024
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Habemus aeropuerto en Texcoco

Luis Miguel Loaiza Tavera

 

Oponerse al avance del Sistema es como tratar de detener un ferrocarril en movimiento con la fuerza de un hombre y eso es un absurdo, las buenas intenciones de AMLO al prometer analizar a conciencia las afectaciones del NAICM en Texcoco, también quedará en buenas intenciones pues la famosa consulta ni define nada, y solo sirve para que el nuevo gobierno se lave las manos cual Poncio Pilato.

Los intereses millonarios de potentados empresariales no va a arriesgarse por el hecho de que en unos años más de 25 millones de personas se queden sin agua, ni se detendrá el proceso porque un partido deba cumplir lo prometido en campaña, ahora con los golpes de timón en indicaciones y contraindicaciones, los únicos que quedaron perplejos fueron los mismos que en su momento creyeron en un cambio verdadero.

Los cientos de debates abrieron panoramas de inviabilidad técnica, aérea y comercial, pero no se tocaron casi los temas de impacto vial, impacto ecológico a medio y gran alcance, de impacto delictivo a granel etc y muchos etcéteras.

Ciertamente la obra colosal en Texcoco, que ya ha costado algunas vidas, no se detendrá porque se explique que esa región es la única provisoria de los mantos acuíferos y su consiguiente problema de hundimientos en la ciudad de México y municipios conurbados, ello dejará en indefensión geohídrica a la gran metrópoli, la guerra por el agua será violenta en breve tiempo, pero eso no importa ante lo que será la gran ciudad “fifí” alrededor del aeropuerto, propiedad de grandes personajes de la política mexicana y que requiere del desvío de los ramales de agua que medio surten a la población actual. Primero los que habitarán ese sitio y alrededor en lugar del desarrollo que tanto anunciaron tendremos cinturones de mendicidad y po0breza extrema, circulación más a modo de sustancias prohibidas que llegarán al sitio protegidas por el sello que ha distinguido a México: la corrupción, así que prepárese a ver y saber de masacres cotidianas por el establecimiento de representantes de los principales cárteles del país y la disputa por las rutas de traslado.

Sin entrar en lo que ya está trillado, en cuestiones técnicas, yo veo un próximo Ecatepec invadido por la delincuencia a gran escala, nada que ver lo que ahora se vive y más porque esa fuente de ingresos para los grupos delictivos atraerán la atención de muchos lugares, no solo en México sino en el extranjero. En síntesis, el Estado de México no está preparado para lidiar con un ente de esa naturaleza, donde sólo serán beneficiados unos pocos y afectados muchos miles.

En otro tema, resulta inentendible que el casi acabado priismo del Estado de México actúe como si nada pasara y vierta su responsabilidad en personas que han demostrado que no saben su trabajo partidista, en muchos municipios, líderes, bases y funcionarios tricolores han mostrado su desencanto y su molestia por la continuidad del famoso dedazo, pero, efectivamente, no pasa nada, solo son paladas de tierra sobre el ataúd.

Ya mencioné en algún momento de la gran responsabilidad que se cierne sobre Alfredo del Mazo para revivir a un muerto y consagrarse como su salvador u convertirse en su enterrador; hoy por hoy no podría apostar por ningún otro que tenga es sus manos la oportunidad de hacer historia para bien o para mal en el ámbito del partido que lo llevó al poder.

El gobernador es el único escaño que mantiene vivo al priismo, aunque rodeado de fuego amigo, deberá mostrar su espíritu de liderazgo y para ello en los primeros días de enero, captar a los entonces ex funcionarios de mayor valía para enderezar una nave que los mismos tripulantes pueden hundir por sus yerros, el tiempo me dará la razón o el oprobio.