Diciembre 23, 2024
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IMPULSO/Luis Loaiza

La venganza roja contra la población

La elección abrió la caja de pandora en varios municipios y las venganzas o desquites son el común denominador en Ecatepec, Coacalco y Tultitlán. En el primero, las asociaciones vecinales han denunciado que, a partir del 2 de julio, y por la estruendosa derrota del Tricolor en las urnas, el Ayuntamiento dejó de enviar pipas con agua potable a la zona alta de la Sierra de Guadalupe, a diferencia de lo que habían realizado hasta antes de las votaciones.

Los vecinos de la llamada Quinta Zona también se quejan de lo mismo, son 75 colonias las que sufren por el desabasto de agua, situación que se está incrementando a partir del 2 de julio, cuando el PRI constató que apenas logró poco más de 133 mil votos, superado ampliamente por Morena, que captó 346 mil sufragios.

Si antes la basura era el negocio redondo de Ecatepec, ahora lo es el agua potable, pues las pipas venden hasta en 250 pesos una dotación familiar, tan bueno ha sido esto que muchos de los piperos oficiales, es decir, trabajadores del Sistema Descentralizado de Agua Potable y Saneamiento de Ecatepec (SAPASE), han comprado pipas para dedicarse de lleno al fructífero negocio, pues es una mina de oro la venta discrecional del vital líquido, de agua obtenida de los pozos municipales.

En Coacalco, donde también fue arrasado el PRI, que tan sólo conasiguió 19 mil votos, contra 56 mil 600 de Morena, el problema va más allá de aprovecharse de las necesidades, pues, ahora, los policías municipales y de tránsito pareciera que tomaron cursos de cacería, sus patrullas se apostan a las afueras de los hoteles, en lugares que por necesidad hay vueltas prohibidas, afuera de antros (que casi no hay en ese municipio) y en puntos estratégicos de la avenida López Portillo para detener a quienes utilicen el carril confinado del Mexibús.

Quizá se piense que no hay nada de malo, pero si usted toma en cuenta que en estos momentos no hay infracciones en Coacalco, podría imaginarse entonces cómo se convirtió cualquier falta en proveedora ilegal de recursos, pues, al ser detenido algún conductor, haya o no violado alguna ley, se le exige la credencial del INE (no licencia) y, tras hacerlo, son bajados y literalmente asaltados, en algunos casos les quitan celular, dinero y hasta implementos de su auto bajo la amenaza de saber, vía credencial del INE, el domicilio exacto para evitar que haya demandas.

En los hoteles de paso, las patrullas esperan escondidas a que salgan parejitas del lugar para interceptarlos y, por separado, realizar el mismo procedimiento, acompañando a veces a la víctima a los cajeros para que puedan sacar efectivo y evitar las “32 horas de arresto por violar el Bando Municipal”; los alegatos no funcionan, sólo el efectivo.

El caso de Tultitlán, tierra del alcalde ‘junior’, es la suma de ambas localidades, pues no sólo permea la corrupción, la inseguridad y la necesidad, sino que todo es auspiciado por el mal gobierno del alcalde priista Adán Barrón Elizalde, quien, para que se dé una idea, en su primer año de gobierno, faltó a 23 de los primeras 29 sesiones de cabildo, mostrando total desinterés por su cargo y sus gobernados.

También el año pasado fue denunciado por vender agua potable del pozo de Santo Domingo 2, ubicado en la calle prolongación Independencia, a pipas particulares de otros municipios como Cuautitlán Izcalli, situación que nunca se aclaró.

En su momento, el líder del Consejo Cívico Mexiquense, Alberto Hernández denunció que los fines de semana son detenidas hasta mil 500 personas por diferentes “faltas administrativas” y solicitó una investigación del dinero que se capta por ese concepto, pues no ingresa a la Tesorería Municipal al no existir recibos oficiales. Denuncia que también quedó en el olvido, pues ni la Contraloría Legislativa o local pudieron intervenir ante la famosa amistad del alcalde Barrón Elizalde con el anterior Gobernador mexiquense.

Hoy por hoy, Tultitlán es uno de los municipios más inseguros del país, el fracaso del actual Gobierno del priista Adán barrón se reflejó el día de la votaciones con un estruendoso triunfo de la oposición y, a decir de gente de la ex candidata perdedora, Sandra Méndez, el peor enemigo de la campaña no fue Morena, sino el pésimo trabajo del Presidente Municipal.

 

DATO

El PRI logró en Tultitlán poco más de 29 mil votos, la peor votación en su historia en ese municipio; Morena casi llegó a 100 mil sufragios.

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