Luis Miguel Loaiza Tavera
Más allá de las críticas o aceptación al programa estatal de apoyo a las amas de casa, conocido como “Tarjeta Rosa”, es de reconocer que el gobernador Alfredo Del Mazo Maza se empeñó en cumplir con esta promesa de campaña, que sin duda alguna ha sido bien recibida por la población.
Cabe hacer mención de que el inicio de la misma se realiza en municipios del sur del Estado, donde la pobreza es inmisericorde con amplios grupos de personas, donde el partido en el poder tuvo la mayor captación de votos, pues, en la zona metropolitana, aún con sus zonas de pobreza y pobreza extrema, el PRI no fue tan beneficiado.
Alfredo Del Mazo se autoproclama como el “gobernador de las mujeres” y uno de sus grandes logros será la creación y aplicación de políticas públicas a favor de este lastimado género. La delincuencia, obviamente, escapa del control del Estado, pero la suma de programas de protección a la mujer coadyuvaría en el mediano plazo a disminuir el flagelo llamado feminicidio.
Es importante que Del Mazo se rodee de verdaderos estadistas y analistas urbanos para que demuestre que viene a trabajar para ellas y que la tarjeta rosa no es, como lo dice la oposición, un programa clientelista. Se debe mantener una férrea vigilancia en el mismo para evitar que vivales lucren en la repartición del plástico, pues las listas de solicitud son interminables, pero habrá que ver si se destinan a quienes realmente la necesitan o sólo a los cercanos de los coordinadores del programa en cada localidad; obvio, esto rebasa la buena intención del Gobernador, pero, si se cuida a detalle a través de su equipo, podría funcionar.
Este fin de semana, César Camacho Quiroz, precandidato a la Senaduría, estuvo de visita en el Municipio de Coacalco, acto que se toma como de apoyo a la candidatura de David Sánchez Isidoro, quien busca ser presidente municipal de ese lugar por tercera ocasión y, si somos realistas, es el único que puede competirle a Morena en lo que sería la elección más difícil en la carrera del diputado federal con licencia.
La suerte no está echada, David tiene trabajo, estructura, aceptación y dinero, en contra tiene la inconformidad ciudadana por varios gobiernos que la han defraudado, especialmente el de Edwin Castelán y Roberto Ruiz Moronatti, así como el fuego amigo, pues se vislumbra en el horizonte la alta traición de algunos priistas convenencieros que no sólo han pactado con el contrincante, sino que invertirán recursos para evitar que Sánchez Isidoro gane.
En un vuelco de 180 grados, la famosa Feria del Caballo en Texcoco, que ya no es feria, sino cantina, que ya no es del caballo, sino de peleas de gallos y que no es de los texcocanos, sino de dos personas, está por iniciar y, con ella, lamentablemente, una ola de inseguridad en la región.
Para nadie es secreto que, por lo menos en la última emisión, el año pasado hubo de todo, desde narcomensajes hasta ejecuciones y un alza sin control en la delincuencia.
La antes Feria del Caballo contó el año pasado con la protección de docenas de patrullas y elementos de seguridad estatal, así como de la Marina y Ejército Nacional, sólo en el Estado de México se puede concebir que el Gobierno mexiquense proteja más a un evento particular que a la misma población. Mientras que en los municipios aledaños la delincuencia creció, estas instituciones, tenían prácticamente de planta a docenas de policías de la entonces Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes, sin embargo, no impidieron que la mafia hiciera de las suyas y varias personas fueran asesinadas.
El entonces secretario estatal de Gobierno, José Manzur, dijo que ya se investigaba el hecho de que una aeronave dejara caer miles de panfletos, supuestamente del crimen organizado, pero que no había denuncia formal del hecho. La entonces candidata a la Gubernatura, Delfina Gómez, aseguró que el asunto era político para desacreditarla, pero ni el uno ni la otra pudieron evitar la muerte de media docena de personas.
DATO
Desapareció de la Feria del Caballo, la exposición ganadera, ya no participa la Universidad Autónoma de Chapingo ni empresarios del ramo, sólo galleros.