IMPULSO/
Luis Miguel Loaiza
Vaya futuro inmediato que le espera al Partido Revolucionario Institucional en el Estado de México y, por ende, en la República, pues los grandes actores y pensadores no han determinado una estrategia de reconciliación después del fallido intento por arrasar en la elección pasada, en la que por una nariz ganó Alfredo Del Mazo.
Los intereses personales del ex gobernador Eruviel Ávila, la polarización de los grupos y las traiciones llamadas fuego amigo impiden que de facto se logre un amalgamiento de las diferentes corrientes tricolores, tan es así que, a ocho meses de la elección, aún no se vislumbra quién pudiera hacerle frente de manera real al creciente movimiento, por lo menos en la zona centro-sur, de Andrés Manuel López Obrador.
Los jerarcas podrían apostar por Meade, el tradicionalismo se empeña en Osorio Chong y hasta hay otros nombres vinculados a los intereses grupales del grupo mexiquense y, por primera vez en muchos años, parece no importar el sentir de los grupos norteños, pero nada hay escrito y las presiones al interior del CEN se volverán más ríspidas cada día.
A manera de contribuir con los descalabros, la Administración estatal pasada filtró documentación exhibiendo a familiares de Luis Miranda, el asunto de la venta de gasolina robada fue un pellizco sin mucha importancia, pues no supieron darle la continuidad requerida y llevar el asunto a los planos nacionales, pues el hecho de que un diario de circulación nacional manejara la información sin una continuidad permitió que se quedara solamente en el archivo.
Luis Miranda respira tranquilo y en su relación con el actual Gobernador podría más adelante cobrar la factura políticamente hablando y eso no ayudará en nada a su partido. Pero el golpe no fue mediático y el frente que se dice integran seguidores de Luis Videgaray fracasó de manera evidente al no poder impedir el arribo de Alfredo Del Mazo a la titularidad del Ejecutivo estatal, tampoco fue aprovechado por la oposición, de facto maiceada para que no rascaran más de la cuenta; fue bronca de compadres, las comadres no opinan, diría un entendido.
Aún se respira en el ambiente toluqueño el aire de la posible traición de los grupos del valle de México contra su abanderado priista, pero, como dicen que “trabajo bien hecho no admite reclamo”, no hay nada que pueda demostrar que hubo ese flagelo que pocos conocen, especialmente los políticos, y aunque digan que hubo casos raros como el de Aarón Urbina, que en 20 años no perdió una elección y ahora lo vapulearon en Tecámac, nadie podrá demostrar que hubo algo raro en su actuar, aunque se dice que el no hacer lo bueno es malo, al buen entendedor…
Los priistas esperan que la sapiencia de Emilio Chuayffet Chemor contribuya a minimizar los deseos de venganza, pero de que se la querrá cobrar no lo dudamos, y en ese ímpetu podrían salir a relucir algunas extrañezas administrativas de la gestión anterior, y como el hilo se rompe por lo más delgado, podríamos ver algunos nombres de ecatepequenses en la mira del cañón.
Con la recuperación del poder del grupo Toluca o Atlacomulco, como le quiera llamar, se supone que las cosas deberían ser diferentes y lo único nuevo es nada, de hecho, la Administración estatal está todavía infiltrada de las huestes eruvielistas y las políticas siguen igual, tan es así que ni las promesas de mejorar el trato a los medios de comunicación ha mejorado, ya que, en unas semanas, se ha mostrado ya por lo menos tres altercados con periodistas y eso no es buena señal para uno u otro bando.
Las giras de Alfredo Del Mazo distan mucho de una oportunidad para que los tunde teclas hagan su labor, se los obstaculiza y de nuevo se los encierra en el famoso “corral de la ignominia”, atentando contra las garantías que la propia constitución establece en cuanto a la libertad de expresión. Ya hay por allí pláticas para evitar ir a los eventos oficiales por parte de reporteros, medida que sin duda le quita el sueño al mismo Gobernador.
Pasando a otro tema menos incómodo, la Unión Industrial del estado de México (UNIDEM), en voz de su director general Francisco Cuevas Dobarganes, consideró que es urgente una inversión para renovar las zonas industriales mexiquenses que tienen más de 30 y hasta 60 años de antigüedad, pues presentan severas deficiencias de infraestructura y servicios públicos, además de que deben ser blindadas contra la llegada de conjuntos habitacionales.
El acaudalado empresario destacó que, de los pocos apoyos que lograron por parte de una autoridad municipal, pareciera que los ayuntamientos se predisponen a cerrar oportunidades al sector empresarial, pues no sólo no atienden en servicios públicos esas importantes zonas industriales, sino que han descuidado la seguridad, por ello, en los últimos años, un gran número de empresas han decidido cerrar e irse a otros Estados de la República.
DATO
Además de las empresas, micro y medianos establecimientos cierran sus puertas, tan sólo en 2014, en Ecatepec, 400 tortillerías cerraron por la inseguridad.