IMPULSO/ Luis Miguel Loaiza
*Menos de 18 días para que se cumpla el compromiso de tener Ley para Periodistas.
Hasta el momento los 13 periodistas asesinados en 2019 en México, los despidos de las grandes empresas y el hostigamiento laboral que sufren muchos comunicadores parecen ser asunto de otro mundo para el grueso de la población y para la legislatura mexiquense, pues lo que pareciera una acción de rutina en cuanto a la aprobación de una Ley de Protección al ejercicio periodístico sigue manejándose como un asunto de Estado y con las mayores reservas de secrecía.
Para la integración del documento se trabajó por años, tomando en cuenta las necesidades reales de los verdaderos periodistas de a pie, pero en la recta final, pareciera que se busca más encontrar elementos que demeriten el trabajo que las concordancias.
El meollo de la catarsis que vive el desarrollo del proceso para la aprobación del documento en cuestión pareciera estar más apegado a intereses personales que a necesidades del grueso de los posibles beneficiados, fue grosero que ignorando las experiencias y aportaciones de periodistas mexiquenses se haya supeditado el criterio de redacción a grupos de comunicadores extranjeros, no se demerita su sapiencia, pero ellos no viven o no saben lo que un periodista de Tejupilco o de Valle de Chalco tiene que enfrentar para realizar su labor de investigación e información.
La violencia contra los medios de comunicación se ha recrudecido en los últimos años y no necesariamente en forma física, aunque la ha habido, sino en una violencia artera contra los intereses generales de los comunicadores, coartando su libertad de expresión y provocando una crisis económica para después aprovecharla y tenerlos cautivos con dádivas que más que pagar el trabajo informativo se convierte en un pago que denigra la dignidad periodística.
En esencia el formato de Ley impulsada por el Colectivo de Periodistas Mexiquenses con aportaciones personales y de grupo, pretende apoyar las condiciones de vida del periodista, reitero, de los periodistas, permitiendo acceso a beneficios que la Ley establece, pero que normalmente no son otorgados por las empresas.
Las formas de violencia contra los periodistas aumentarán cada vez y de no existir una Ley que norme esto, el Estado de México se convertirá en un Veracruz para el ejercicio periodístico y cuando haya asesinatos y levantones contra comunicadores, espero que esos grupos que se oponen a una ley INTEGRAL, no hayan sido afectados.
No son los recursos económicos, ni alguna disparidad con las leyes y mecanismos existentes lo que está en boga, sino una carente actitud de disposición política lo que ha frenado en muchas ocasiones la aprobación de un documento necesario para la vida democrática de la entidad más poblada de la república.
Estados de mucha menor población ya cuentan con sus respectivas leyes en la materia, pero es interesante que en nuestra entidad no haya la capacidad suficiente para aterrizar una Ley de esta índole. Un poder ejecutivo indolente y un legislativo que busca discordancias, más que acuerdos.
Existe un compromiso público de la Junta de Coordinación Política de la LX Legislatura para aprobarla en este periodo de sesiones, quedan 18 días y se ve muy difícil que lo cumplan, seguiremos esperando otra oportunidad aunque para ellos pasen otros 25 años, pero ya le tocará a otras generaciones.