IMPULSO/ Félix Santana Ángeles
Toluca giró a la izquierda
El pasado proceso electoral de gobernador de 2017 evidenció que el monolítico PRI dejó de ser la primera fuerza política en el Estado de México, esto al perder la gubernatura frente a Morena por al menos 72 mil votos, por lo que fue necesario un fraude electoral con la complacencia de las instituciones electorales, para mantener el control político de la entidad.
En el caso de Toluca, el PRI logró con su alianza un triunfo con 113 mil 848 votos, sin embargo, Morena se instaló en segundo lugar con 95 mil 485 sufragios, el PRD en tercera posición con 86 mil 615 votos, lanzando al PAN a cuarto lugar con 55 mil 773, a primera vista pareciera que el control político del PRI sigue siendo total en la capital del estado, sin embargo, es necesario hacer algunas precisiones.
El Partido Acción Nacional ha sido gobierno en tres ocasiones desde el 2000 hasta el 2009, lo que ubica a la capital del estado como prioridad para encabezar la eventual alianza que está promoviendo a nivel nacional entre el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano, el problema es que los resultados del último proceso electoral lo ubican con desventaja frente a su principal aliado, el PRD.
Por su parte el PRD al haber crecido de manera importante y ubicarse como tercera fuerza con sus más de 86 mil votos, podría encabezar dicha coalición; de consolidarse esta unión a nivel municipal esta coalición electoral alcanzaría 142 mil 388 votos, con lo cual garantizaría encabezar el próximo gobierno municipal 2018-2021, es decir, estarán juntos hasta que la candidatura los separe.
Ahora bien, si se toma en consideración que más del 70% de los ciudadanos toluqueños desean un cambio de partido en el gobierno a nivel municipal, la eventual unión de electores que respaldaron a la izquierda es decir, que votaron por Morena o por el PRD, de unirse por un candidato con un perfil progresista, alcanzarían 182 mil 100 sufragios, dejando muy lejos a sus competidores.
En este sentido, no se trata de la conjunción de siglas políticas que respalden a la izquierda partidaria, sino de un perfil ciudadano mayoritariamente joven de 18 a 40 años de edad, que cuenta con un ingreso económico que le permite tener acceso a la información principalmente por las redes sociales o el internet en su conjunto, además de tener estudios universitarios o posgrado, por lo tanto son los más instruidos o con la mayor escolaridad.
En contraste, el perfil del ciudadano que respalda al PRI son personas con una edad promedio de 50 años, con escolaridad de primaria o secundaria y los ingresos más bajos, en promedio de 1,517 pesos mensuales, lo cual, los hace presa fácil de los programas sociales utilizados para comprar votos con despensas o dinero en efectivo.
La capital del estado de México se conforma con una población instruida, de clase media y alta mayoritariamente, informada y por lo tanto crítica, aunque no asuma responsabilidades de militancia política, pero sí de simpatía por un cambio de régimen.
Por esas razones, se puede asegurar que la ciudadanía de Toluca votó en junio de 2017 mayoritariamente por la izquierda política, lamentablemente dividida en dos diferentes partidos (Morena y PRD), debido a la incapacidad estratégica de sus dirigencias para conformarse en gobierno, aun contando con un respaldo mayoritario.
El mayor desafío para la elección de 2018 es que los partidos políticos no se conviertan una vez más en obstáculos para convertir las frustraciones, sueños y aspiraciones de los ciudadanos, en gobiernos alternativos que aceleren los procesos de organización en el territorio.