IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Como los ingleses, los españoles también eran racistas pero nunca como para entorpecer el “desarrollo biológico”, dijo la historiadora María Elvira Roca Barea a propósito de su libro “Imperiofobia y leyenda negra” (Siruela), que fue reeditado por quinta ocasión, éxito que sorprendió a la autora.
“Hernán Cortés era racista pero tenía un hijo mestizo que adoraba más que a los legítimos mientras que dos siglos después el presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, vendió a los hijos que tuvo con una esclava negra“, sostuvo la autora para cuestionar el “supuesto genocidio” que aun hoy pesa sobre la historia de España.
Este proceso, junto con otros ejemplos como la intolerancia religiosa de la Inquisición y el fanatismo español contra los judíos son analizados por Roca Barea en su obra. Según consignó Abc en una entrevista con la académica.
Sobre el sometimiento de los aztecas a manos de los hombres de Cortés, Roca Barea refiere: “Los españoles eran muy pocos y necesitaban a la población local para levantar un imperio de esa magnitud. Si hubieran hecho como los ingleses en el norte, que estaban aislados y solo crecieron tras la independencia a base de la llegada de europeos, hubieran tenido un problema demográfico”.
Para la historiadora, la autoestima española “está por los suelos desde hace siglos” y gran parte de ese fenómeno puede explicarse por cómo se ha escrito la historia de aquel país. En cuanto a la “imperiofobia”, la define como “una actividad muy bien organizada, donde ciertas oligarquías tienen un fuertísimo vínculo con los intelectuales y un control sobre los mecanismos con los que se escribe la historia”, señaló la historiadora.