Es frecuente en los divorcios que se niegue a pagar la pensión alimenticia
Miguel García/Toluca
En el estado de México los procesos para la resolución y entrega de la custodia de un menor en conflicto por la separación legal de sus padres puede extenderse de tres hasta 12 meses, significando en la mayoría de los casos un periodo largo y complicado de las familias en las que no solo hay un desgaste económico sino social y hasta psicológico por la disputa de las parejas.
Olga Lidia Sanabria, magistrada y directora de los Centros de Convivencia del Poder Judicial, reconoció que incluso en estos casos los jueces se ven inmersos en una oposición de los padres, ya sea madre o padre, para dejar convivir a la otra parte con el producto de su relación, incluso cuando se agotan los medios de apremio lo que dificulta la necesidad de privilegiar el derecho de las familias al elemental precepto de convivir.
La también encargada del proyecto del coordinador de parentalidad, el cual se ha iniciado en 16 juzgados estatales, resaltó el trabajo que ya realizan estos psicólogos especializados en bloques familiares con los menores en la resolución de las custodias en un proceso colaborativo con los jueces.
Explica que los procedimientos de este tipo suelen ser tan prolongados y desgastantes porque siempre existe una confrontación en la que no se permite ver a los hijos a la otra parte, en donde el factor económico es el punto de discordia más frecuente.
Detalló que lo que más encuentran en estos casos es que una de las partes se niega a pagar la pensión alimentaria; es decir por un lado hay una exigencia económica y por otra lado hay un chantaje por la exigencia la visita y la convivencia con los menores.
Con estos coordinadores de parentalidad que ya laboran, explicó, se pretende romper ese círculo vicioso y generar una conciencia entre los padres de lo que deben preservar el interés del menor, apelando a valores intrínsecos que forman una familia como el amor a los hijos.
El mensaje que hoy replican estos coordinadores es que si una familia se rompió por cualquier circunstancia debe preservarse el interés de los niños para su crecimiento como lo es la convivencia con ambos padres desde un ambiente familiar razonable.
Será en los próximos meses que se tenga un balance más detallado del Trabajo que ya realizan los coordinadores de parentalidad con datos exactos sobre el trabajo optimizado en facilitar los acuerdos entre las partes para que los hijos ejerzan su derecho a la convivencia armónica con los dos padres en un ambiente de cordialidad y respeto.
Buscan ayudar a los menores a tener convivencia sana con sus padres, no obstante se hayan separado.