Alberto Aziz Nassif
Siempre resulta interesante asomarse a lo que está pasando en
diferentes países de América Latina. En un seminario que organizó El Colegio de
México la semana pasada, se trató de responder a la pregunta de si había una
crisis o una recomposición, o las dos cosas en nuestros países. El resultado
constituye un desafío para dejar atrás viejas concepciones y buscar nuevas
preguntas.
En el mapeo aparecen problemas ancestrales, pero con otras manifestaciones
sociales; viejos actores que regresan con un peso diferente; crisis que separan
los espacios políticos y económicos; coaliciones gobernantes que fracasan;
movimientos sociales con diferentes dinámicas y arquitecturas; gobiernos
frágiles, dinámicas globales y resistencias sociales. De este conjunto de
experiencias se pueden rescatar algunos ejemplos para entender el actual
momento latinoamericano y entender mejor a México, que sigue sin estar
sincronizado con la mayoría de países del cono sur.
A primera vista se puede observar que no hay visiones homogéneas. El caso de
Argentina contrasta de forma importante con el de Perú, y será difícil
asimilarlos en otros criterios. La paradoja nos obliga a repensar las
relaciones entre la economía y la política. El contraste me recordó lo que
sucedía hace años en Italia, en donde las crisis recurrentes del sistema
político no afectaban de forma importante su economía. Ahora Argentina
atraviesa por una grave situación de endeudamiento, devaluación, inflación,
como le pasó a México en los años ochenta, pero mantiene una enorme normalidad
política y democrática, que acompañó el cambio de gobierno, como lo analizó
Juan Manuel Abal Medina. En cambio, en Perú, un país en donde los partidos
políticos son casi inexistentes y los que llegan al gobierno se pulverizan en
la siguiente fase, como mostró Martín Tanaka, se enfrenta a la paradoja de que
mientras su economía marcha con normalidad, tiene procesados a los últimos
cuatro presidentes del país.
El caso de Brasil es el más escandaloso y extremo del mapa, porque transitó en
unos años de gobiernos de centro izquierda a uno de extrema derecha. El gigante
ha puesto en jaque los principales soportes del sistema democrático. El
bolsonarismo representa todo lo contrario a los derechos humanos, a la defensa
del medio ambiente, a los espacios ganados por las mujeres, los negros, la
agenda LGBTTTI, los más pobres y cualquier manifestación progresista o de
izquierda. Ese gobierno reivindica a la dictadura y ha regresado a los
militares a la primera plana; mantiene una alianza con los grupos de la
oligarquía y el evangelismo conservador. En el laboratorio brasileño se puede
observar una crisis y una recomposición que probablemente lleven a una nueva
crisis.
La transversalidad de varios movimientos que tomaron la calle y pusieron en
crisis al gobierno se puede ver en los casos de Chile, pero también en Ecuador
y Colombia. Tomar la calle masivamente ha llevado a Chile a un proceso de
consulta popular para una nueva Constitución. Mientras que en Ecuador se logró
echar abajo los aumentos de combustibles, y en Colombia sigue la lucha por
detener la violencia en contra de líderes y movimientos sociales. Bolivia
atraviesa por una crisis política en donde los militares vuelven también a la
primera plana.
En México con la 4T y los cambios que impulsa un presidente popular con una
aprobación de 71% (El Financiero), se observa la complicada construcción de un
nuevo régimen de partido dominante que desafía a los otros poderes y emite un
discurso polarizante, como explicó Jean François Prud-homme. En la política
exterior, Guadalupe González analizó cómo no hay una estrategia, sino que se
delega en una cancillería fuerte que maneja varias agendas que en estricto
sentido les tocan a otras dependencias.
En suma, con estas piezas no es posible hacer un cóctel, porque no hay una
mezcla que resulte satisfactoria entre nuevos y viejos actores, crisis
económicas y políticas, movimientos sociales de intensidad variable, lo cual
nos lleva sólo a una muestra de ciclos y momentos que posiblemente cambiarán
mucho en los próximos meses y años. ¿Crisis o recomposición?
Twitter: @AzizNassif