IMPULSO/ Julio César Zúñiga Mares
Toluca
En esta época, en la que el turismo se ha diversificado ofreciendo a los viajeros variadas, originales y excitantes experiencias, así como nuevos motivos para conocer otros lugares y distintas culturas, la gastronomía se ha convertido en un factor primordial a la hora de viajar y, en ocasiones, es la razón principal para visitar algún destino.
Es así que visitar el Estado de México, no es sólo mezclarse con el alma de la mitología prehispánica, imbuirse de su cultura y sus tradiciones, es vivir una experiencia que permitirá identificarse con el corazón de los mexiquenses, pues cuenta con una oferta de su gastronomía típica que se puede disfrutar en cualquiera de sus ocho Corredores Turísticos.
Sin embargo, su vasta y exquisita cocina tradicional es menos conocida por el público en general; para hallarla, primero se debe entender de dónde viene y cómo se ha creado y ha cambiado, escuchando hasta leyendas e historias que se cuentan de generación en generación. Por el carácter casero, y en muchas ocasiones ritual de la mayoría de estos platillos, a veces resulta difícil encontrar los lugares en donde se puede disfrutar de sus sabores, no obstante, para aquellos que gustan de conocer las culturas originarias de México, sabrán que el esfuerzo por encontrarlas vale la pena.
Porque la cocina tradicional que se prepara en el Estado de México es un deleite para el paladar y toda una experiencia sensorial para los viajeros más exigentes, pues en ella es posible acercarse a las raíces prehispánicas más remotas y, al mismo tiempo, conocer la influencia de culturas como la europea, que se puede distinguir en pueblos como el mazahua, otomí, nahua, matlazinca y tlahuica.